Pasadas las 20.00 horas del viernes de Dolores, en el Castillo de Castellar, el alcalde de la localidad, Francisco Vaca, tocó a las puertas del templo, hoy Sala Cultural El Salvador, con las llaves que le había entregado anteriormente el sacerdote José Carlos Mellado, un gesto simbólico que inauguraba la Semana Santa de Castellar de la Frontera.
Una vez llamado, las puertas se abrieron y los sesenta y cinco penitentes de Nuestro Padre Jesús Nazareno comenzaron a desfilar en penitencia portando artonchas encendidas. Le siguió la imagen devocional que sube por segunda vez, después de dos años, a Castellar Viejo como acontecimiento extraordinario que ha acogido también a un buen número de fieles en esta ocasión.
Catorce personas dieron lectura a las catorce estaciones de penitencia que iban marcando el ritmo de la procesión a golpe de tambor. Dos horas después, el Nazareno regresaba al templo donde los fieles, después de un ferviente aplauso, le dedicaron los últimos rezos.
Fotos: María del Mar Gómez
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