...Desde su falda, en la morada de Ulises, y los pies de Santa Catalina, se distingue el blanco de sus casas encaladas en un descenso perfecto hacia los mares. Sobre el horizonte y por encima de los lienzos de murallas que aún preserva la ciudad es posible vislumbrar los primeros naranjas y azules oceánicos asomados sobre Santa Maria y San Francisco...Los almadraberos nos cruzan el saludo en la primera mañana y son las golondrinas quienes gustan de anunciar la llegada de los vientos favorables...