Me has pedido que te escriba una poesía,
pero no me dices de qué estilo ha de serlo.
Mas, sé que a ti te gustaría de pasiones
y a mí me encanta escribir de sentimientos.
Pues, demos rienda suelta a esta mano
que obedece ciegamente a este evento,
y seguro que ella sabrá que eternamente
no ha de defraudar jamás este concepto.
Así que aclarado ya por ambas partes
sigo sembrando en el aire mis versos,
y que humildemente han de florecer
con tu gracia, tu sonrisa y tu talento.
Y no dejes que el viento se los lleve
y se pierdan en el fondo de un criterio,
que éste humilde poeta cuando escribe
lo hace con el corazón herido de contento.