CATA DE LIBROS: "Retazos" ... por Jose Antonio Hernandez Guerrero


En nuestra sección CATA DE LIBROS les ofrecemos un capítulo del libro "Retazos, Manuscrito encontrado en el Mentidero" de Jose Antonio Hernandez Guerrero, editado por la editorial jimenata "El Castillo de Jimena " de José Regueira.
Se trata del capítulo titulado "La Fregona":
LA FREGONA:
En la nueva parroquia se solía celebrar, con considerable solemnidad, el Domingo de Ramos. La procesión litúrgica de la Palmas constituía una ocasión propicia para que, sin gastos económicos y sin complicaciones organizativas, saliera una procesión de Semana Santa: para que, una vez al año, los niños que jugaban en la Plaza de la Iglesia se revistieran de monaguillos, los alumnos del Colegio de las Monjas lucieran sus uniformes azules, para que los "adoradores nocturnos" se colocaran las insignias en la solapa de la chaqueta, y sobre todo, para que las autoridades locales se pasearan por toda la carrera presidida por el alcalde portando su bastón de mando.

Cuando empezó la celebración, la iglesia estaba totalmente abarrotada. Cada una de las autoridades, alineadas en las tres primeras filas de bancos, portaba una hermosa palma blanca traída directamente de Elche. La del señor alcalde estaba decorada con trenzas que formaban caprichosos juegos geométricos. Los demás fieles, incluso lo niños pequeños, levantaban unos ramos de olivo que los servicios municipales había cortado cerca de Castellar.

En el momento en que iba a iniciar la ceremonia de la bendición de los ramos le dije a Juan, el monaguillo principal:

- Trae, por favor, el acetre1 y el hisopo2.

- ¿Qué?

- Que traigas el acetre y el hisopo.

- ¿ Y eso qué es?

- El cubo que está en la sacristía.

Aunque seguía recitando con solemnidad las oraciones, percibí con el rabillo del ojo que el monaguillo había llegado y, a pesar de que seguía cantando, escuché que me decía

- Yahtaquitó3.

Respiré con tranquilidad y, mientras iniciaba la fórmula de la bendición, alargué el brazó hacia atrás y extendí la mano para que me colocara el hisopo. Me pareció que era demasiado grueso y algo áspero pero no tuve suficientes reflejos para cambiar de movimientos y, cuando quise rectificar, ya estaba blandiendo la enorme fregona sobre las cabezas de las autoridades, y rociándolos con el agua sucia de la limpieza.

1"Acetre": Recipiente pequeño de metal en el que se deposita el agua bendita.

"Hisopo": Barra metálica pequeña que termina en una esfera agujereada en la que se deposita agua bendita que se esparce en las celebraciones litúrgicas. El nombre le viene del de la mata olorosa que primitivamente se usaba en estas ceremonias.

Jose Antonio Hernandez Guerrero

11 de diciembre de 2010
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