El pasado miércoles publicábamos la primera parte de la nueva serie Andando por Jimena.
Un paseo hasta el Pico del Aljibe que puedes leer AQUI.
Esta es la segunda parte de ese articulo publicado en su día por la Revista El Paseo allá por Mayo/Junio del 2000.
Subida al pico del Aljibe II
La semana pasada nos habíamos quedado en la cima del Aljibe, contemplando el espléndido paisaje que se nos ofrecía en todas direcciones.
Después de descansar y comer un poco, reiniciamos la caminata. Nuestro destino final era la zona recreativa existente en la carretera que une Alcalá de los Gazules con Ubrique a través de Puerto Galis ( km.14), cerca del inicio de la pista forestal que recorre los montes propios de Alcalá. Allí teníamos preparado otro vehículo, pues el final dista unos 15 kilómetros por carretera de La Sauceda.
Esta segunda parte del recorrido, transcurre casi por completo por un carril que partiendo desde la misma cima, se comunica con el que antes hacía referencia.
El carril parte desde la misma base de la roca de Arenisca sobre la que se encuentra la Pilita de la Reina. Si alzamos la vista observaremos, al Oeste, una serie de piedras a unos 500 metros de distancia por dónde transita la pista. Esta primera parte del recorrido es prácticamente llana ,transcurriendo por una zona donde el levante limita la cubierta vegetal a un matorral compuesto de brezo, robledilla, coscoja y ejemplares arbustivos de roble melojo.
A un Kilómetro aproximadamente de haber iniciado el recorrido desde la Pilita de la Reina, encontramos dos carriles que se desvían a la izquierda en dirección al pico del Montero. Nosotros seguimos bajando por la pista principal que transcurre por la cabecera de la garganta de Juan Vela.
Más adelante cruzamos la divisoria de este arroyo con la garganta de Puerto Oscuro. La pista continúa bajando por la margen izquierda de aquélla y la vegetación se hace más exuberante. En una de las curvas, a la derecha, encontraremos una fuente algo escondida en la que podremos aprovisionarnos de agua fresca. Junto a la fuente crecen un par de ejemplares de melojos de gran porte si los comparamos con los que hemos visto hasta ahora.
Poco a poco la vegetación nos irá acompañando en mayor cantidad: alcornoques, quejigos, ojaranzos, madroños, durillos, desarrollándose sobre el cauce un bosque de ribera que nos parece impenetrable y cuya típica estrechez nos aclara el por qué estos valles reciben el nombre de canutos.
A medida que avanzamos el camino va perdiendo la pendiente y el valle se ensancha, preludio de que nos encontramos cerca de la confluencia con la pista de los Montes de Alcalá. Al llegar a ésta, hallamos un refugio y junto a él las ruinas de lo que en su tiempo fue un puesto de la guardia civil, colonizado en la actualidad por los zarzales. Junto a las instalaciones del refugio, hallaremos una fuente de la que mana abundante agua. Las aguas de las areniscas del Aljibe pueden considerarse, a diferencia de la de las sierras calizas del norte de la provincia , como químicamente muy puras porque no llevan sales en disolución, aunque no es raro encontrar fuentes cuya agua de una tonalidad rojiza son ricas en óxido de hierro.
Una vez en la pista de los montes de Alcalá, tomamos ésta hacia la derecha en dirección a la carretera de Puerto Galis. Seguimos la pista hasta que ésta cruza pon encima del arroyo que baja de Puerto Oscuro. A nuestra derecha un camino sube hasta el monte Picacho, constituyendo un interesante y atractivo recorrido que realizamos otro día.
Salimos de la piste a la izquierda por uno de los caminillos que bajan y , en dirección Oeste, atravesamos un alcornocal en busca nuevamente del arroyo, el cual cruzamos por una zona que se prestaba para ello. Poco más adelante el arroyo, tras cruzar bajo la carretera, recibe el nombre de Garganta de la Cierva, dando lugar junto al arroyo del Confieso y al de la Ventilla, entre otros, al nacimiento del río Barbate.
Nos separamos poco a poco del curso de agua y atravesaremos un alcornocal en el que encontramos los restos de un muro y otras ruinas. En los alrededores de este lugar, al Noroeste del mismo y ocupando una pequeña depresión, descubrimos una lagunita. La zona en la que se encuentra, ya muy próxima al final de nuestra ruta, se presta a que descansemos un rato sobre la hierba, contemplando la figura majestuosa del Picacho así como el reflejo del mismo sobre el agua.
Esta laguna, llamada del Ingeniero, suele secarse en verano y es habitada por interesantes grupos de anfibios entre los que destacan los tritones.
Tras el reposo merecido emprendimos la marcha por una vereda que, al oeste de la laguna, nos llevó en escasos minutos a la carretera de Ubrique - Alcalá de los Gazules, a la que accedimos a través de una angarilla.
Publicado por Luga en El P@seo nº 171 ( 9 de Junio del 2000)
Andando por Jimena : Subida al pico del Aljibe II
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