Como un buen hombre puede cambiarte la vida... por Martín Cano

Estimado Ricardo:
Con el ruego de que lo publiques en Tiojimeno, ( si lo tienes a bien) te adjunto esta semblanza de D. Antonio Puchán Sanz al igual que han hecho mis amigos Currini y Paco Ordóñez.
COMO UN BUEN HOMBRE PUEDE CAMBIARTE LA VIDA
Sin referirme a fechas concretas, ya señaladas por otros compañeros, cierto año llegó a nuestra querida Jimena, entonces totalmente desamparada de escuelas y maestros, un hombre al que un gran grupo de jimenatos tendremos presente y le estaremos agradecidos toda nuestra vida. Hablo de D. Antonio Puchán Sanz.

Recuerdo como por aquella escuela que había en el “soberao” de la casa colindante con la ferretería de Ferrer fueron desfilando personas que hicieron las veces de maestro que indudablemente hicieron buena labor. Pero cierta mañana, no muy cálida, es posible que influyera la ropa que llevábamos, mientras aprovechamos algunos rayos del sol en el callejón de la Tormenta, alguien dijo: “Un maestro nuevo”
En efecto, era nuevo y además resultó ser BUENO en toda la extensión de la palabra. Puedo dar fe de ello. No imaginaba yo aquel día como este maestro iba a darle un giro radical a mi existencia de niño pobre, hijo de jornalero y sin más horizonte en su vida que el mismo que había tenido toda su familia: campiña, monte o con suerte, un oficio de aquella época. De qué manera tan extraordinaria este hombre fue pionero en nuestro pueblo de la tan cacareada, en estos tiempos, igualdad de oportunidades.
D. Antonio, como es sabido por muchos, fundó junto a otros compañeros, la academia Calasanz, pero él era el alma mater de la misma. Esta academia bien es verdad que le permitiría ayudarse en el escaso sueldo que por entonces recibía un maestro, pero la labor sociocultural y educativa que desarrolló en ella superaba con creces estos ingresos. Permitió que niños y jóvenes de la época pudieran ver abierta una puerta a su formación que de otro modo hubiera sido imposible. A muchos, que aunque sus padres probablemente les podían pagar los estudios, por cuestión de mentalidad no se arrancaban a ello, D. Antonio les convenció para que iniciaran el bachillerato para examinarse por libre en Algeciras; a otros muchos a los que descubrió en su escuela que tenían actitudes y aptitud para el estudio les consiguió una beca del ayuntamiento, como fue mi caso, o bien a otros no les cobraba nada o una cantidad simbólica.
Así muchos pudimos tener el bachillerato que te daba acceso a un mejor trabajo o continuar los estudios de magisterio por libre para examinarte en Cádiz o Ceuta.
En mi caso, cuando terminé el bachillerato, me quitaron la beca y tuve que irme de nuevo al campo. Otra vez llegaron los nubarrones que auguraban un incierto destino pero por segunda vez otro gran y buen hombre (Regueira) me rescató ¡qué suerte disponer de una segunda oportunidad! Pero esa es otra historia que todos los de mi edad y mayores que me conocen saben como sucedió. Así, con la impagable ayuda de los dos, he podido dedicarme a lo mismo que aquel maestro D. Antonio Puchán .
Si he personalizado en exceso este relato no ha sido con afán de protagonismo, sino porque sencillamente sé que fueron muchas historias como la mía las que D. Antonio hizo posible. Pienso por ello que el pueblo de Jimena, que es agradecido, que sabe reconocer la bondad, la justicia y a los benefactores de sus ciudadanos, sabrá, con su Corporación Municipal al frente que es la que en realidad puede tomar la decisión, devolver a D. Antonio el reconocimiento a su gran labor otorgándole su nombre a una de sus calles.
Martín Cano/ mayo de 2.008

Nota de Tiojimeno:
Puedes leer la carta anterior de Francisco Ordoñez aquí : http://www.tiojimeno.org/2008/05/antonio-puchn-un-hombre-bueno-por.html
Y la de Currini aqui : http://www.tiojimeno.org/2008/05/una-calle-para-d-antonio-puchan.html