El Mirador del estrecho por... José Regueira


EL MIRADOR DEL ESTRECHO

Creo conveniente aclarar algunos conceptos esbozados en mi anterior colaboración, tales como el conglomerado de mares, continentes, nacionalidades y fronteras que yo citaba. ¿Es posible la existencia en la península de un punto en el que todo ese mosaico geográfico-político-administrativo sea abarcable de una sola mirada?
Si uno se sitúa en un piso alto del Paseo Marítimo de Algeciras o de alguna otra población de la Bahía, en muchos lugares del litoral entre Algeciras y Tarifa o en algún punto de la carretera que une estas dos poblaciones, podrá contemplar un panorama excepcional, especialmente si es un día claro. Desde allí podrá divisar el Mediterráneo y el Atlántico, Europa y África, el litoral español, Gibraltar, el litoral marroquí y Ceuta. Dos mares, dos continentes, tres nacionalidades (española, británico-gibraltareña y marroquí) y cuatro fronteras (terrestre-marítima española, España con Gibraltar, terrestre-marítima marroquí y la de Marruecos con Ceuta). Una atalaya semejante difícilmente se encontrará en otro sitio de la tierra.

Si, colocados en este mirador sorprendente, nos ponemos las “gafas de visión histórica”, podremos “ver” numerosos episodios trascendentales en la historia de España. Veríamos los puntos de desembarco durante los años 710 y 711 en Gibraltar y Tarifa de los musulmanes que se establecieron durante ocho siglos en España. Por aquí pasaron en los años veinte del siglo pasado los barcos procedentes de La Coruña y Vigo cargados con miles de gallegos para la guerra de África, gran parte de los cuales murieron en Anual, el Barranco del Lobo u otros desastres de esa guerra colonial. Contemplaríamos los puntos de embarque en Ceuta y los de desembarque en Algeciras, Tarifa y otros puertos cercanos del llamado “convoy de la victoria” con el que se inició en Julio de 1936 la guerra civil española. Y tantos y tantos hechos históricos, en muchos de los cuales hubo una presencia y protagonismo importante de gallegos.

Si utilizamos las “gafas de visión biológica” podremos ver la extraordinaria actividad que tiene lugar por tierra, mar y aire. La aérea especialmente impresionante e importante para los ornitólogos en época de migraciones, en la que se pueden ver millones de muy diversas especies de aves en sus viajes de ida hacia África y de retorno a Europa. Durante esa etapa migratoria expertos y aficionados españoles y extranjeros se concentran para la observación y contaje en lo que llaman la “Operación Migres”, de la que sacan importantes conclusiones científicas sobre la evolución de estas migraciones, sus causas y consecuencias.

Por mar es más difícil la observación de especies migratorias como el atún, que ahora en primavera pasan del Atlántico al Mediterráneo para realizar el desove en sus aguas más cálidas y que al principio del verano retornan ya con sus crías al Atlántico. Fenómeno observado ya desde antiguo por fenicios y romanos que desarrollaron actividades de pesca y salazón de estos grandes peces y con los que elaboraban el “garum”, excelencia culinaria muy apreciada en Roma, a donde se exportaba. Fue el origen de las almadrabas que ahora en primavera están colocadas para esta captura de túnidos en sus cuatro sitios tradicionales: Conil, Barbate, Zahara y Tarifa, las únicas de España. Más fácil de observar es la presencia de cetáceos, abundantes también en estas aguas, lo que ha dado lugar a la proliferación de empresas dedicadas al avistamiento de delfines y ballenas.

Desde la óptica del transporte marítimo vemos el agua del Estrecho como una superficie surcada por 100.000 barcos anuales, un paso crucial en el transporte marítimo mundial, la llamada “calle más transitada del mundo”. Desde el punto de vista ecológico, una amenaza permanente de contaminación que más veces de las deseadas se convierte en realidad. Ahora mismo se puede ver asomando la punta del puente del chatarrero New Flame, naufragado a un km. de Gibraltar cargado con muchos miles de toneladas de chatarra.

Desde una visión de solidaridad humana, esos 14 kms. de mar son una tremenda fosa marina, cementerio para millares de magrebíes y subsaharianos cuya desesperación les llevó a intentar la travesía en patera, en balsas neumáticas o en otros materiales más frágiles. Una tremenda y vergonzosa separación entre el primer y el tercer mundo, que podemos contemplar con la misma nitidez que desde La Coruña se ve Mera y Santa Cruz o Cangas y Moaña desde Vigo.

Informativamente, una fuente inagotable, diversificada y globalizada de noticias.
José Regueira Ramos
Desde el Campo de Gibraltar

22 de mayo de 2008
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