Pasaban las 12.30 horas de la tarde, después de celebrar una multitudinaria misa rociera, el Señor de Castellar salió por la puerta grande de su Santuario bajo una lluvia de pétalos de rosas y al son del pasodoble de Castellar y el repique de gloria de las campanas.
Son destacables dos aspectos de esta romería de 2008. En primer lugar, que se cumplen 200 años, que, por la guerra de la Independencia, el Cristo de la Almoraima fue trasladado al castillo para que los señores de la Villa lo custodiasen durante el asedio francés.
Asimismo, que es la primera procesión que realiza esta imagen centenaria desde que su templo fue proclamado Santuario el pasado 30 de marzo.
Cerca de seis mil personas, según las fuentes locales de seguridad, se han concentrado esta mañana en los alrededores del recién sacralizado Santuario del Cristo de la Almoraima. Pañoletas tinto y azabache ataviaban el dorso de los peregrinos mientras esperaban en la puerta la salida de la imagen devocional. A la salida del templo, entre gritos de exaltación al Cristo de la Sangre, los hermanos de la Cofradía chisparrera ubicaron la imagen en la carreta que, tirada por dos bueyes, recorrió durante dos horas las calles de la localidad.
El Cristo de la Almoraima ha vuelto a sacar sus exvotos de oro engalanados en el faldón dorado y carmesí. Como novedad, el Cristo en su fajín lleva colgada las llaves de oro de la ciudad, que recibió por parte del Ayuntamiento en el día de la sacralización de su templo. De nuevo también, la cabellera ondulada recuerda a la imagen originaria, después de que hayan pasado cuarenta años de que no presentaba este aspecto.
Mientras que la corte infantil y juvenil paseaba en calesas repartiendo caramelos, el cortejo que regentaba la procesión estaba formado por el párroco de la localidad, José Carlos Mellado, el Hermano Mayor de la Cofradía, Juan Salido, el capataz del Cristo de la Almoraima, Francisco Mena, el alcalde de Castellar, Francisco Vaca, el teniente alcalde y concejal de Fiestas, Eugenio Salas, el jefe de la Policía Local, José Manuel Vaca, el sargento del Puesto de la Guardia Civil de Castellar, Juan Carlos Moreno, el alcalde infantil, Luis Huertas y la Romera de este año, la reina saliente de Tarifa, Lorena, en representación de la Mujer del Campo de Gibraltar
Diez autobuses de vecinos llegados de diferentes puntos de la comarca desembarcaron en Castellar para cumplir sus promesas y mostrarle su fe al crucificado de la Orden de los Mercedarios Descalzos que llegó al Pueblo Nuevo desde el Convento San Miguel, hoy casa convento La Almoraima, hace 35 años.
Quince carrozas de romeros preparadas para marchar al Cerro del Moro cerraban la procesión que abrían 50 caballistas de la Asociación del Santísimo Cristo de la Almoraima.
Fotos: G. Palacios.
El Señor de Castellar volvió a llenar las calles chisparreras en el día de su romería
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