Les recomendamos este artículo sobre hongos que publica hoy el diario EL Publico:
Las imprudencias y los errores provocan anualmente unos 300 casos de intoxicaciones por consumo en toda España.
La recolección y consumo de setas es, más allá de una apacible actividad turística y gastronómica, una práctica de riesgo. “Se dice que si la seta está mordida por un animal, es comestible, que se puede comer si cuando se cuece junto a una moneda ésta se ennegrece, o si tiene buen aspecto, si huele bien, si tiene determinados colores o si crece en los árboles. No es así. No valen reglas generales. Y el precio de equivocarse es muy alto”, afirma Baldomero Moreno, director del Plan de Conservación y Uso Sostenible de las Setas y Trufas de Andalucía.
Hay ejemplos claros de que no conviene fiarse. La Amanita phalloides huele bien y tiene un agradable sabor dulzón, pero es mortal; igual ocurre con la Galerina marginata, que crece en la corteza de los árboles. En España se producen al año entre 200 y 400 intoxicaciones por consumo de setas, según Enric García, profesor de Micología de la Universidad de Barcelona. El 50% suponen gastroenteritis y otras intoxicaciones leves, pero otro 50% son graves y dejan secuelas, sobre todo en el hígado. Uno de cada cinco casos graves acaba en la muerte.
La intuición no sirve
Desde que empezó el otoño, en Andalucía se han registrado 18 intoxicaciones, que han dejado un fallecido. La Junta ha recomendado no consumir setas si existen dudas sobre su toxicidad y ha lanzado una campaña para que el consumidor interiorice que la mera intuición no sirve como criterio. “El problema es confiarse porque, en el mismo hábitat, un otoño pueden aparecer unas setas y, al siguiente, otras distintas”, afirma García.
Las intoxicaciones graves suelen ser de incubación larga, con síntomas que aparecen hasta 15 horas después de la ingesta, y son producto de setas hepatotóxicas (que atacan al hígado) en la mayoría de los casos, pero también nefrotóxicas (al riñón). Entre las intoxicaciones leves figuran las de incubación corta, como las provocadas por los hongos psilocybe y otros alucinógenos.
Andalucía, con unas 2.700 especies catalogadas, es la región europea con mayor variedad de hongos. “Sólo 40 ó 50 son tóxicas o mortales, pero abundan en la mayoría de los montes españoles con riqueza micológica”, advierte Moreno.
En la imagen: Galerita marginata, una especie de seta mortal.
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