La desilusión del pueblo de Castellar

Después de dos años, el ecógrafo que se compró con el dinero recaudado por los chisparreros gracias a la iniciativa del matrimonio Cann permanece almacenado en el centro médico sin que se haya estrenado.
Todo un pueblo decepcionado. Esta es la impresión en Castellar, especialmente cuando se habla con algún ciudadano en el centro médico y es que hace algo más de dos años que un ecógrafo comprado con la aportación económica de todo el pueblo se encuentra en el almacén del centro de salud, empaquetado y sin haber sido aún estrenado. Allí está cogiendo polvo sin que el propio personal sepa en que caja se encuentra.

El aparato se compró con la recaudación de la representación de una pantomima cuyos precursores son el matrimonio Cann, una pareja de británicos residente en Castellar que se embarcaron en esta peculiar aventura en la que implicaron a 60 vecinos. Entre todos organizaron la representación , Aladinno y la lámpara maravillosa en clave de humor, con algunas referencias al consultorio médico que no gustó demasiado al Área Sanitaria del Campo de Gibraltar, según explica el matrimonio. La obra consiguió recaudar 5.000 euros a los que se añadió otros 2.000 donados por el Ayuntamiento. Con los 7.000 se compró el aaparato en Barcelona y en el verano de 2007 ya estaba en el centro de salud donde permanece guardado.

Victoria Cann considera que es una lástima que el ecógrafo esté sin utilizar. "Se compró con mucha ilusión para que los castellarenses no tuvieran que esperar meses para poder hacerse una ecografía o tener que realizar la prueba por lo privado", añade Victoria. Ella misma necesitó hacerse una prueba urgente y debía esperar seis meses en La Línea, por lo que después de hacerse acudir a un médico privado y respirar tranquila, pensó junto a su marido en sus vecinos y este es el comienzo de la historia.

Fueron meses de ensayos y preparación en la que los actores fueron los chisparreros. El estreno de la obra fue todo un acontecimiento en Castellar, no faltó nadie y todo el mundo se divirtió con el humor de la pantomina a la que se sumó la gracia chisparrera.

"El ecógrafo no se ha podido utilizar, incluso ya ha perdido la garantía porque tenía un año y ya se ha cumplido", insiste Cann. Tras la presión de los ciudadanos y el propio ayuntamiento, el Área Sanitaria se comprometió a que enviaría a un técnico para enseñar al peronal del centro el funcionamiento. Aún se espera que alguién acuda al centro a ocuparse del ecógrafono.

Ni en el consultorio ni el SAS dan información al respecto. La propia señora Cann señala que en el centro de salud nunca han tenido mucho interés por el funcionamiento del aparato, porque significa más trabajo para ellos. "Eran a los ciudadanos a los que de verdad le interesa y no se puede hacer nada", añade.

Tras todo este tiempo en el que no ha servido para nada la inversión que se hizo para el pueblo, Victoria Cann argumenta que la mejor utilidad para el ecógrafo hubiera sido que se le hubiera donado a la Cruz Roja. "Seguro que sería mucho más provechoso", concluye.

El alcalde de Castellar, Francisco Vaca, también desconoce la situación en la que se encuentra la máquina. "En realidad no sé por qué no se utiliza, sé que existía un compromiso de la Delegación de Salud en el que se iban a dar unos cursos para que se pudiera utilizar", aclara. No obstante, el primer edil agradece el esfuerzo que hicieron los ciudadanos para que pudiera comprarse el ecógrafo. Lo realmente positivo de aquella representación fue el gusanillo de teatro presente en el municipio, hasta el punto que el matrimonio Cann prepara una nueva pantomima que podrá estrenarse dentro de un año. La obra girará en torno al cuento de la Cenicienta. Ian Cann que es el artífice como en la anterior del guión, ya está contactando con los actores aficionados del pueblo que estarán encantados de subirse nuevamente al escenario. En esta ocasión como en la anterior, el objetivo es recaudar fondos y está vez irán a parar a la iglesia de Castellar, que a buen seguro utilizará este dinero de forma más provechosa que el SAS.