El anuncio oficial de un tornado origina una psicosis en la zona


El anuncio oficial de la posible llegada de un tornado entre las dos y las cinco de la tarde de ayer desató la psicosis en la ciudad de Cádiz, en el resto de las localidades de la Bahía y en gran parte de la provincia. Administraciones públicas, colegios y muchas empresas fueron desalojadas, sin que al final tuviera lugar ningún fenómeno atmosférico de relevancia.

Aproximadamente a las 13:15 horas la Junta de Andalucía enviaba un comunicado en el que recogía la advertencia de Protección Civil en torno a la posible llegada, en cuestión de pocas horas, de fuertes lluvias, “incluso granizo”, y vientos en Cádiz “sin descartar la posibilidad de un tornado”. De repente saltaron todas las alarmas debido a los antecedentes cercanos de Sant Boi (Barcelona) y Málaga. Lo más curioso es que esta posibilidad de tornado sólo apareció en ese comunicado porque Meteorología no lo confirmó en ningún momento y sólo hablaba de fuertes lluvias y tormentas.
Protección Civil recomendó a los ciudadanos no usar vehículos “a no ser absolutamente imprescindible” y que se alejaran de zonas que pudieran ser peligrosas “por caída de árboles, carteles o cornisas”. A través de las emisoras municipales, alcaldes como los de Cádiz y San Fernando, entre otros muchos, se hicieron eco de la advertencia.
En la capital gaditana, el Ayuntamiento activó de inmediato el Plan de Emergencias Municipal y decidió desalojar a las 14:00 horas el edificio consistorial, reforzó las puertas y ventanas e, incluso, quitó las banderas de la fachada para que no salieran volando.
Desde Protección Civil se dio aviso a los colegios para que los niños también salieran antes de tiempo. Eso ya activó todas las alarmas porque los padres acudieron raudo y veloz a recoger a todos los críos alrededor de las dos de la tarde, lo que hacía ver que la población ya tenía el miedo metido en el cuerpo. Precisamente, poco antes de las dos de la tarde había caído un fuerte chaparrón y el viento tenía rachas de unos 60 kilómetros por hora.
Los avisos y los desalojos se iban produciendo en cascada en la mayoría de los centros de trabajo. El servicio de prevención de la Universidad de Cádiz también solicitó que se abandonara todos los centros en previsión de que pudiera haber problemas. La situación, a pesar de que se normalizó poco después, se extendió a la tarde, donde se suspendieron numerosos actos a lo largo de toda la ciudad. En la Facultad de Filosofía y Letras, por ejemplo, estaba prevista una conferencia a las siete de la tarde y lo único que encontró la gente cuando llegó era un cartel que anunciaba que el centro estaba cerrado a causa de la lluvia.
Los agentes de la Policía Local se repartieron por toda la ciudad y estuvieron instando a los ciudadanos a que se fueran de sus casas. Ellos también tomaron sus precauciones y sacaron todas las motos del garaje de su cuartel y las dejaron en el parking de Telegrafía para evitar que se volvieran a inundar, tal y como ocurrió en el mes de octubre.
Los anuncios a través de los diferentes medios de comunciación llevaron la inquietud e incluso el pánico a la población. En El Corte Inglés de Cádiz, por ejemplo, no fueron pocos los que optaron por correr –de manera literal– para abandonar el recinto.
En diversos puntos de la ciudad también se quitaron elementos que podrían resultar peligrosos en caso de un desprendimiento. Lo más significativo fue la retirada de la inmensa lona que cubre la fachada de Tribuna del estadio Carranza.
Sin embargo, después de todo, al final no sólo no hubo tornado, sino que el día se abrió, salió el sol, bajó la intensidad del viento y, al cierre de esta edición, no había caído una sola gota de agua.
Pasadas las cinco de la tarde la Junta de Andalucía desactivó el Plan de Emergencias Municipal tras la rebaja del nivel de alerta del naranja al amarillo. Igual se hizo con el Plan de Emergencias Municipal de la ciudad de Cádiz.
Eso sí, las calles de la capital estaban vacías y los bares tenían todos recogidas sus terrazas, por temor a que se agravaran las inclemencias meteorológicas.
En San Fernando, el Ayuntamiento dio orden de cerrar todos los parques públicos y las instalaciones deportivas. En los colegios, los padres corrieron presurosos a recoger a sus hijos y las actividades vespertinas apenas registraron asistencia. Y el centro comercial de Bahía Sur ofrecía un aspecto casi desético.
En El Puerto y en Chiclana, las centralitas de Policía Local y de Protección Civil quedaron colapsadas por las llamadas de los ciudadanos interesándose por un tornado que en ningún caso hizo acto de presencia.
Ante la ausencia de este nada habitual fenómeno atmosférico, la lluvia –que cayó con más fuerza de madrugada– sí originó incidentes aislados en la provincia. En Arcos, por ejemplo, el helicóptero del 112 tuvo que rescatar a un trabajador que había quedado aislado por el agua en una finca en la que estaba trabajando. El hombre, que no sufrió daño alguno, fue rescatado de lo alto de su tractor.
En San Fernando, la acumulación de agua provocó la caída de un falso techo de escayola en una casa de la barriada Buen Pastor, causando golpes y magulladuras que no revistieron especial gravedad a una anciana de 89 años. La mujer fue trasladada al hospital Puerta del Mar de Cádiz.
Tampoco tuvieron un día fácil los bomberos de El Puerto, que no pararon de achicar agua en calles e inmuebles, sobre todo en el polígono industrial de El Palmar, en la Hijuela del Tío Prieto y en calles como La Línea, La Caracola y Carabela La Pinta. Y en Jerez los bomberos sumaron una veintena de intervenciones entre las 04:00 y las 13:00 horas.

6 de febrero de 2009
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