Una solución a medida


La Junta incluye el alcázar de Castellar en el registro de turismo tres días antes de su apertura con la condición de que Diputación arregle todo el complejo turístico
El proyecto para habilitar un hotel en el alcázar del viejo Castellar, que será inaugurado mañana, todavía ha tenido tiempo para sumar un contratiempo más a su trayectoria de siete años de rehabilitación, retrasos burocráticos y dificultades técnicas.

El último problema, que se agudizó la semana pasada y ha requerido una intervención rápida y a conciencia de la delegación provincial de Turismo de la Junta de Andalucía, ha estado provocado por la dificultad de inscribir el nuevo hotel castellarense en el registro de alojamientos de la Administración.

Sobre el papel, el establecimiento del alcázar no cumple los parámetros técnicos que la ley andaluza exige a los hoteles de tres estrellas, categoría perseguida. La reforma impulsada por la Junta, la Diputación y el Ayuntamiento respetó la estructura original del edificio del siglo XIV, y, por este motivo, algunas de las habitaciones, pasillos o aseos no cumplen ahora las medidas mínimas exigidas por la normativa para catalogar el establecimiento como hotel, tal y como aclaró el delegado de Turismo, José María Reguera.

El Gobierno andaluz recordó este condicionante a Diputación en septiembre, cuando Tugasa -la red turística del ente provincial- solicitó la calificación como hotel del alcázar. No fue hasta el 10 de marzo cuando Tugasa remitió a la delegación provincial toda la documentación oportuna sobre el proyecto, pero incluso en esa fecha el expediente seguía sin tener cerrada y aceptada la solución para el problema de la catalogación.

Fue la semana pasada, con la apertura a la vuelta de la esquina, cuando la delegación de Turismo se vio obligada a acelerar con Sevilla la tramitación del plan pensado para Castellar: sumar el alcázar a las casas rurales de Tugasa en el recinto amurallado y unificar toda la oferta -51 plazas- bajo la categoría de Complejo de Turismo Rural. Tras la mediación de Reguera, Turismo aceptó el plan el pasado viernes, a tres días hábiles de la inauguración del "hotel".

El proyecto aprobado, eso sí, obliga a Tugasa a acometer grandes mejoras en las nueve casas rurales de Castellar como condición para obtener la nueva categoría. "Las casas no tienen el nivel de calidad que tienen que tener, y habrá que garantizar que eso cambia en los próximos meses", apuntó ayer el delegado de Turismo.

De aquí a un año, Tugasa tendrá que incrementar la reserva de agua del complejo, habilitar una zona verde y otra recreativa, cambiar el mobiliario de las casas y obtener dos certificaciones de calidad turística. Antes de 18 meses tendrá que instalar aire acondicionado en las casas, y, en un plazo de dos años, deberá poner en funcionamiento una piscina.

Con estas tareas pendientes, el primer complejo de turismo rural de Cádiz se inaugurará mañana.

Leído en Europa Sur

31 de marzo de 2009
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