El cerote ... por Currini


Hace tiempo que mi amigo Juan Manuel estaba interesado en que yo explicase como se hacia el “cerote”, pero más que nada quiero detallar lo importante que es una cosa tan simple como “el cerote” para que el calzado pudiese ser fabricado manualmente ya que sin esta cosa no se podía realizar el cosido del zapato.
Para poder coser un zapato precisábamos del cabo, las tranzas, agujas, el tirapié y la lezna .
El cabo era el hilo ya preparado para empezar a coser cualquier pieza del zapato o botillo.

El zapatero disponía de un ovillo de cáñamo que se introducía en una lata que nos fabricaban los lateros en cuya tapadera había un agujero por donde salía el hilo y que el zapatero con su habilidad característica, iba sacando de la lata y medía las brazas , para ir retorciendo sobre el pañete en sus rodillas y cortar los trazos e ir emparejando las cabezas de hilo hasta que se tenía el número de hebras deseado ( para las suelas sobre 12 hebras). Se pasaba la lengua por la cabeza y se retorcia con destreza de movimientos caracteristicos de las manos para pasar a la otra cabeza que se hacía lo mismo. Era el momento de utilizar “el cerote” que colocado en la mano derecha, se pasaba varias veces por el cabo de cáñamo hasta que quedaba totalmente impregnado de la materia del cerote. Esta maniobra habia que hacerla con sumo cuidado para evitar quemarnos las manos.

EL CEROTE.- Era una mezcla de cera de abejas con una resina ( pez rubia o colofonia clara) que servía para impregnar el cáñamo y poder coser piezas de material, goma o suelas duras.

En mi casa teníamos una cazuela de barro vieja en la que mis padres colocaban sobre un kilo de cera virgen y sobre 200 gramos de pez rubia para colocarla sobre el fogón de la cocina de carbón y con un palo se iba moviendo la mezcla hasta que quedaba totalmente derretida casi al punto de ebullición.

Cuando iba a arrancar a hervir, se apartaba del fuego y se le echaba agua para enfriar la mezcla y rápidamente con las manos mojadas íbamos despegando la maza y la haciamos una pelota redonda que masábamos con las manos para colocarla sobre la mesa y hacer una arropía larga que se cortaba con una tijera grande y tras doblarle las puntas de las esquinas se dejaban caer los trozos en la cazuela con agua.

Estos trozos de cerote servian a nuestros zapateros para untar los cabos de cáñamo como antes he explicado. En mi casa se vendian a los demás zapateros de la localidad que no solian hacerlos.

Es importante saber que hacíamos cerotes de invierno y de verano, dependiendo del calor se agregaba más o menos pez rubia que en definitiva era la materia que daba consistencia a la cera.

Buenos tiempos aquellos para la industria del calzado cuando existieron hasta 14 zapaterias y el calzado de Jimena tenía fama de bueno, enviándose a Faraján, Gaucín, Ronda, Casárez, San Roque, Algeciras, Los Barrios, Tarifa y a otras poblaciones.

Querido amigo Juan Manuel, podríamos explicar ( lo haremos otro día) como se hace el almidón, la liga para cazar pajaritos, lo que eran las celosías, la anilina, las chinches, las cartucheras, los cambrillones, las taquillas, las patacabras, las candilejas, las maniguetas, el tirapié, las tablillas etc, etc,

Cualquier cosa que recordemos del pasado sirve para que quede constancia de lo que se está perdiendo con el paso del tiempo y está siendo reemplazado por nuevas técnicas que normalmente simplifican el trabajo y el buen hacer de lo cotidiano.

Un abrazo.
Currini.

22 de junio de 2009
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