"Por tantos, no, por tontos". Programa para el sostenimiento económico de la Iglesia


Artículo de Braun Surgical
Ahora que estamos inmersos en la época de las declaraciones de la renta, que si me da tanto, que si me sale a pagar, que si el borrador está equivocado.... va y aparece la Iglesia, como no. Los contribuyentes españoles, conforme a la Ley de Presupuestos Generales del Estado, saben que un porcentaje de su contribución (el 0,524%) se aplicará a diversos fines de interés social y si es su expreso deseo podrán asignar este porcentaje a la Iglesia Católica.
Quizás habría que recordar a los de la Agencia Tributaria la existencia del artículo 14 de la Constitución, que prohíbe discriminar a los ciudadanos españoles entre otros motivos por su confesión religiosa, porque, en la situación actual, lo que los judíos, musulmanes y protestantes españoles no pueden asignar su 0,524% al sostenimiento de su propia confesión.

Y ¿adónde va a parar ese dinero? En parte para el mantenimiento del legado artístico y monumental, léase iglesias y catedrales, algo que no es precisamente barato. Un legado en el que parece no entrar el Santuario de la Reina de los Ángeles, puesto que mi propia madre y muchas de las vuestras contribuyen con trajecitos, paños de croché y demás manualidades para sacar algo de pasta para arrelgarlo.
¿Lo que sobra es para paliar las hambrunas en Centroáfrica? No, más bien para meterlo en fondos de inversiones en paraísos fiscales, como ha hecho el Obispado de Valladolid, que invirtió 1105 millones de pesetas en Gescartera, o en el propio Vaticano, otro paraíso fiscal.
Y qué ha hecho la Iglesia a lo largo de la historia sino masacrar y matar a otros pueblos con campañas con las de las Cruzadas, que son vistas como románticas y heróicas cuando en realidad fueron hordas que arrasaban con todo a fin de generar su propia fortuna, obviamente alentados por el Papa y la iglesia para atacar a los árabes, que estaban a años luz de la Cristiandad en Ciencias y Humanidades. Es más que conocida la crueldad de la Inquisición de los Reyes Católicos con la iglesia detrás, echándole la culpa a los judíos de todas las calamidades que ocurrían en la época. O el Holocausto nazi, cuando no sólo el Papa miraba a otro lado ante el exterminio del pueblo judío sino que este estaba alentado por los obispos alemanes. Hoy todavía si piden perdón lo hacen con la boca pequeña.
O lo mismo que nos contaban nuestros padres (el mío al menos lo hacía) de cómo en los años 50-60 eras castigados por el clero todos los lunes por no asistir a misa de domingo porque, cosas de chiquillos de entonces, se iban a jugar por esos ríos o a cazar pajaritos con perchas.
Todos estos ejemplos tienen una práctica en común: el miedo, el negocio de la iglesia, el negocio de la fe (fe=creer en algo que sabes que no existe).
En fin, que no hay tema candente en el que la iglesia no meta sus narices y casi siempre en contra de casi toda la opinión pública: no al aborto, no al uso de anticonceptivos y si de la abstinencia (?), no a las parejas del mismo sexo, no al embarazo por selección genética de embriones, cuando este caso no es para tener un niño rubio y con los ojos azules sino para curar a un hermano de una enfermedad.
Cabe recordar que el primer niño nacido en España por selección genética es un vecino de Algeciras que ha curado a su hermano de una muy probable mala y corta vida por decirlo de alguna forma.
Eso sí, donde no se meten mucho es en temas de pederastia. ¿Por qué será? ¿Será porque hay un gran número de religiosos imputados por temas pedófilos? Como los 35.000 niños que han salido ahora a la palestra que habían sido objeto de abusos sexuales y palizas por la iglesia católica de Irlanda entre los años 30 y 80.
O como el cura condenado a dos años de prisión en Madrid por abuso sexual a un menor, sabiéndolo el propio Arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, el ¿señor? Rouco Varela, y no haciendo nada al respecto sino cambiar al cura de parroquia.
Todo el que ose manifestarse en contra de su “negocio” está considerado como hereje o, como decía mi abuelo, que no fuera a su casa hasta que no estuviese bautizado porque era “moro”.
Hoy el día y “gracias a Dios”, hay más cultura, la gente está estudiada, lee libros, se documenta... (aunque a ellos le pese) y desde la educación básica se da cabida a humanistas, historiadores y científicos como Darwin y su evolución de la especie que echa por tierra la mentira del evangelio de Adán y Eva (tendríamos problemas de consanguinidad si procediésemos todos los humanos de una sóla pareja, ¿no?, digo yo...), el Arca de Noé o el mundo en siete días (¿y el octavo que hizo?).
En fin, que la cultura y la iglesia son inversamente proporcionales y, si no, hagan la prueba: vayan cualquier tarde a misa aquí en Jimena y estudien a la gente que va, número, sexo, edad... Y sin miedo a equivocarme se puede predecir que son cuatro o cinco mujeres (si, ningún hombre), de avanzada edad. ¿Y cuando estas personas falten, espero que en mucho tiempo, qué? Pues no irá nadie hasta alguna boda o bautizo y aligera que nos vamos al convite.
Así que vayan modernizándose y cambiando, señores de la iglesia, porque la gallina de los huevos de oro puede estar agotándose a no ser que un cambio político le de más cuartelillo, “Dios no quiera”.
Total, que por todo esto y más podría seguir hasta aburrirte. Si estás haciendo la declaración de la renta o piensas hacerla, pon la dichosa crucecita... donde te salga de los webs, que para eso eres grandecito. Tú verás.

19 de junio de 2009
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