Dirigida por Alejandro Cruz, comenzó la obra con un pasacalles de militares-clown a las órdenes de una "sargenta de hierro" -Cristina Faguás-, y acompañados por la banda del Taller de Música Instrumental. En el trayecto desde la plaza Miguel de Cervantes a la calle La Viña, fueron dando tiros de besos y abrazos a todo el público que les contemplaba, y no pararon de cantar consignas pacifistas: "Paz por Narices", a la vez que sufrían divertidos castigos por parte de la sargenta: al grito de "si señor, señor".
A su llegada a la calle La Viña el público abarrotaba el espacio del escenario de teatro. Los soldados-clown hicieron parodias llenas de ingenio, muy divertidas, riéndose de la guerra, mostrando su inutilidad, su crueldad. Montaron miles y cientos de batallas llenas de paz, cantaron, rieron, hicieron la delicia del público que no paró de reirse y aplaudir.