Campo de Gibraltar , al Sur del Sur... por Manuel Mateo Pérez


El Diario El Mundo publica hoy este reportaje de Manuel Mateo Pérez sobre Jimena y el Campo de Gibraltar.
O dicho de otro modo: el Campo de Gilbratar, la punta extrema de España, es puerta de entrada y salida, meta y fin de un acento, una cultura y un pueblo. Hay lugares del mundo que nos atraen de un modo irremediable, como si ejercieran ante nosotros una fuerza de atracción de la que nos es imposible escapar. Hay lugares míticos, lugares épicos, lugares envueltos por la leyenda, como aquella que otorga al héroe griego Hércules la separación de las tierras de Europa y África.
Desde este lugar, frente a nuestros ojos, se esparce el norte vaporoso e interrogativo de Marruecos, cuyas orillas están separadas por un canal brumoso, agitado y añil por el que los barcos cruzan dejando a su paso un hilo en el agua que un océano y un mar se encargan al instante de borrar.


Campo de Gibraltar atrae la mirada y el corazón de los viajeros por sabernos en un confín del mundo.

El Campo de Gibraltar es un punto magnético que atrae el corazón y la mirada de los viajeros. No son sus pueblos y sus ciudades lo que nos atrae de este lugar. Nos atrae el hecho de sabernos en un confín del mundo donde hubo un tiempo en que todo fue inventado y donde nos asiste la certeza de que estamos a las puertas de otra realidad geográfica y cultural. Fenicios, griegos, romanos y árabes llenaron de historias estos contornos. Aquel legado sigue presente en multitud de yacimientos arqueológicos que se extienden a un lado y otro de la comarca. Se llegó a creer que el mundo terminaba aquí y esa creencia sagrada hizo que el Estrecho fuera vindicado por todas las culturas como una meta estratégica e irrenunciable.
Viaje a Algeciras

Algeciras, la ciudad más grande y habitada, Los Barrios, La Línea de la Concepción, San Roque, la bella y ventosa Tarifa y las pequeñas y embaucadoras Castellar y Jimena de la Frontera forman la comarca gaditana. Sus territorios lindan con otras zonas de Cádiz como La Janda y con montañas y playas que ya forman parte de Málaga y de su Costa del Sol. El Campo de Gibraltar, además, se interna en el Parque Natural de los Alcornocales, que es uno de los más valiosos pulmones verdes de la provincia, territorio protegido donde se extiende uno de los bosques mediterráneos más valiosos y mejor conservados del sur de la península ibérica.

No conviene viajar hasta el Campo de Gibraltar sumido en los prejuicios. Es cierto que esta no es una comarca que nos sorprenda por el valor de su patrimonio y su monumentalidad. Tendremos que estar atentos a otros encantos. En Algeciras, por ejemplo, llamará nuestra atención el ritmo frenético de su puerto, uno de los más importantes de Europa, y el trasiego continuo de ferrys y otras embarcaciones que cruzan el Estrecho uniendo dos continentes.

El próximo día 15 de agosto la Virgen de la Palma emergerá de las aguas y decenas de barcos le rendirán homenaje.

Estos días la Virgen de la Palma, la patrona de la ciudad, emergerá de las aguas. Un grupo de submarinistas la recogerá el sábado día 15 de agosto en la cueva que tiene bajo la mar sobre las doce del mediodía. A esa hora decenas de barcos engalanados con farolillos y papeles de colores rendirán homenaje a la patrona de los mares. La sagrada imagen será colocada en un trono en uno de los barcos que iniciará la procesión marinera. En la orilla, en la playa del Rinconcillo, miles de vecinos de Algeciras ovacionarán con sus palmas y vítores el cortejo procesional.

La ciudad sureña rememora de esta manera una de las tradiciones religiosas y festivas más populares de estos contornos. Y es que la romería en honor a la Virgen de la Palma no es sólo patrimonio de los algecireños. La sagrada talla despierta la devoción de todos los pueblos de alrededor. De los puertos cercanos, de los barrios que colindan con esta ciudad, de las localidades vecinas acuden gentes de toda clase y edad para orar ante la imagen de la Palma que muestra en la talla las rugosidades propias de su contacto con la mar. Vecinos de Los Barrios y La Línea cumplen con la tradición de posar flores en el altar flotante que los pescadores han montado en una de las barcazas.

Este día en el casco viejo de Algeciras todo es fiesta. La romería complementa de esta forma su lado más festivo con verbenas musicales que se prolongan hasta altas horas de la madrugada. La Línea de la Concepción extiende su caserío frente al Peñón. El Museo del Istmo ocupa una casona de aliento colonial en cuyo interior la ciudad explica su vinculación en la comarca y su relación con la colonia gibraltareña. La parroquia de la Inmaculada, los búnkeres construidos durante la Segunda guerra mundial y los museos de pintores célebres llenan la agenda del viajero que acude hasta aquí.
Puerta sur de los Alcornocales

Los Barrios es un municipio próximo al Campo de Gibraltar y por su situación geográfica ha sido considerado históricamente como la puerta sur de Los Alcornocales. Una de sus singularidades etnográficas son las viviendas de los viejos habitantes de la sierra. Se trata de las chozas, construidas con sencillez y eficacia a partir de rocas, cáñamos y ramajes vegetales. Estas chozas circulares responden a modelos muy parecidos a los legados en estos mismos lugares desde épocas del Neolítico. En la actualidad, muchas de ellas han sido aprovechadas para la apicultura.

En las aguas del Estrecho se pueden avistar ballenas, orcas y cachalotes que corren en paralelo a las embarcaciones.

Las aguas del Estrecho son paso habitual de cetáceos, de ballenas, orcas y cachalotes que juguetean y corren paralelo a las embarcaciones que cruzan en una y otra dirección. Su avistamiento es otra de las muchas actividades que nos propone la comarca. Mar y montaña se citan en el Campo de Gibraltar. Por eso no es de extrañar que en su territorio se citen dos espacios naturales protegidos de gran valor ecológico. Uno de ellos es el Parque Natural del Estrecho, situado en el litoral gaditano, entre los términos municipales de Algeciras y Tarifa.

Un total de 18.931 hectáreas, de las que 9.247 son marinas, acoge unidades paisajísticas de tierra y mar con un valor cultural excepcional como escenario histórico en las relaciones entre el continente europeo y África. El otro parque natural es Los Alcornocales, uno de los más extensos de Andalucía.
Mar y montaña

Los Alcornocales de Cádiz son algo más que un espacio natural. A lo largo y ancho de sus ciento setenta mil hectáreas se extiende el mayor parque natural de la provincia y uno de los pulmones verdes más importantes de la Andalucía Baja. Por la comarca se citan un puñado de pueblos blancos que se resisten a perder sus señas de identidad. Alcalá de los Gazules, Medina Sidonia y Castellar de la Frontera atesoran un excelente patrimonio monumental. Naturaleza, historia, cultura, paisaje y actividad humana.

El Parque de los Alcornocales es el pulmón verde de esta zona y posee unas características que lo hacen único.

Los Alcornocales es uno de los espacios naturales más fascinantes del sur de España. El parque natural más extenso de la provincia de Cádiz posee características que lo hacen único. No es ya sólo la diversidad de su paisaje, el carácter andaluz de sus pueblos blancos o su equidistancia entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico. Las campiñas que abrazan las proximidades de la sierra han visto germinar todo tipo de cereales. En las lomas, valles y dehesas del interior de la sierra han pastado reses bravas, vacas lecheras, ovejas, cabras y cerdos ibéricos engordados en régimen de montonera con la más tierna bellota recién caída de las miles encinas que tapizan el parque.
Jimena y Castellar

El río Horgarganta abraza el viejo pueblo de Jimena de la Frontera cuyo castillo árabe domina desde un cerro el ancho parque de los Alcornocales. En Jimena se alzan iglesias de tanta enjundia como La Victoria o el santuario de la Reina de los Ángeles. En lo alto del pueblo está la fortaleza construida en época nazarita para marcar la frontera con los reinos cristianos. Desde arriba se divisa el mar y las sierras profundas de la provincia.

Tanto Jimena como la vecina localidad de Castellar han edificado una gastronomía que anda a medio camino entre la mar y la montaña. Del Mediterráneo y el Atlántico se han inspirado para elaborar platos de lenguados, salmonetes, chocos y atunes rojos de almadraba. De la sierra y la campiña han obtenido carnes de retinto y de cerdo, una cuidada charcutería, chicharrones y lomo en manteca, sin olvidar la caza mayor y la caza menor. De la primera, sobresale el venado en adobo, y de la segunda, la perdiz en escabeche.

Castellar de la Frontera es como un pueblo salido de una fábula. Los muros de la vieja ciudadela, las calles empedradas, las ventanas mínimas, las puertas de madera envejecida, las torres, campanarios y almenas conforman un paisaje urbano que se ha valido el título de Conjunto Histórico Artístico. La Almoraima, un histórico cazadero de la Casa Ducal de Medinaceli, es hoy una finca de doce mil hectáreas que representa todo un ejemplo de explotación agraria, ganadera, etnográfica y hasta turística.

14 de agosto de 2009
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