Hago una acotación un poco extraña en el tiempo pero me explico, en el año 1958 entro a trabajar en la farmacia de D. Antonio Mata Gómez, este hombre era letrista de flamenco al que le cantaron las figuras de aquellos tiempos, Pepe Córdoba, Gabriel Moreno y un largo etc.
En esa época conozco también a Antonio Bersabé que aparte cantar muy bien así como su padre, me familiarizó con el buen flamenco de Antonio Mairena, un adolescente José Meneses, Terremoto de Jerez, Agujetas.
Ya antes había oído cantar en el monte donde vivía a José el Alcalareño, aquellas letras del Niño de la Huerta, sobre todo La Romería Loreña que tan bonito sonaba o había oído a José Godino (el maestro latero, abuelo de Maite Moreno que actuó en Se Llama Copla, sentenciar “Nadie canta sin micro como Pepe Marchena”.
Nunca he sido marchenero pero es inevitable recordar “la Rosa” con letra de los Hermanos Álvarez Quintero.
Por Jimena desde todos los tiempos habían pasado las mejores compañías con los mejores cantaores, tanto en el Pósito, antes de ser Pósito, pueden ser los años 30 a 40, como mas tarde en el Cine Capitol tanto de verano como invierno.
Desde Antonio Molina a Farina, desde La Niña de la Puebla a Pepe Pinto (no me consta que viniese su mujer La Niña de Los Peines). De Marchena a Manolo el Malagueño pasando por Juanito Valderrama, Luquitas de Marchena como digo la flor y nata.
Eran malos tiempos es de contar la anécdota de que Naranjito de Triana se pasó bastantes días en Jimena después de actuar parece ser que por no tener dinero para volver a Sevilla o vaya usted a saber, todas las mañanas departía con el entrañable maestro Andrés Sarrías en su barbería..
Estas compañías decayeron concentrándose el poco flamenco que se hacía en los tablaos de Madrid con la llamada ópera flamenca (Manolo Caracol) y hasta los años sesenta no vuelvo a tener recuerdos de flamenco en Jimena.
En esos años es cuando por las ferias quizá la de mayo aparecía Rosafina cantaor de Casares que cantaba en los bares en reuniones por una propina.
De Jimena sólo recuerdo que cantarán Miguel Cárdenas padre e hijo (Manolo apareció mas tarde) Antonio Bersabé, Jacobo y poco mas.
En una feria agosto puede ser la del 67 o así se contrató para actuar en la Caseta Municipal a un joven Pansequito, con acompañamiento a la guitarra de Quino recientemente fallecido y homenajeado en La Línea , fue decepcionante que al empezar a colocar micrófonos y demás aparatos el público abandonó el recinto.
Con motivo de la Novena en la Estación se empezó a hacer unos concursos, germen del festival actual, en los que se tenían que cantar un palo de cada uno de los cantes matrices, teníamos un jurado de lujo, Antonio Rubio, Evaristo Heredia Amaya, Manuel Camacho, todos ellos directivos de la Peña de Cante Grande de Algeciras y en ella participaron magníficos cantaores, Mollino, viejo cantaor que se marcaba el compás con el bastón renunciando en según que palos a la guitarra, su hermano Roque limpiabotas en el Bar Pizarro y que cantaba por aires festeros magníficamente, sobre todo cuando una vez terminado el concurso se reunían en la Venta Juana..
Y alguna esporádica actuación en el Cine Capitol, como la de Gabriel Moreno, que cantaba por bulerías una letrilla que decía “ en los montes de Jimena mataron a mi caballo”, o Juan de la Vara.
Con ello llego al 1973 año acotado en el titulo del artículo y que fue cuando me fui de Jimena.
Los setenta serían los años de los macro festivales que duraban hasta las seis de la mañana y actuaban hasta quince o veinte artitas.
Y de estos el no va mas era el de Ronda en un marco delicioso con un público entregado pero en silencio y un fin de fiesta donde recuerdo a:
Antonio Mairena, Chocolate, Fernanda y Bernarda de Utrera, José Meneses , Terremoto padre, casi ná amigos.
Flamenco en Jimena. 1958-1973... por Francisco Gutierrez Ordoñez
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