Ricardo después de leer algunos artículos en nuestra página web sobre "La Romería de la Cruz Blanca" y la "entrada de los franceses en Jimena", me permito sacar de algunas dudas la cronología y ¿Cómo ocurrió?. Como tú bien sabes, ya en la década pasada, es decir, en los noventas. En mi primera colaboración con el programa de feria de Agosto, fue sobre una tradición oral de uno de mis ancestros. Esta trataba de como entraron los franceses en Jimena en 1811 y no en 1818, en este último año la "Guerra de la Independencia" hacía cuatro años que había terminado (1808-1814).
HISTORIA HUMILDE, PERO INTERESANTE DE UN JIMENATO DEL SIGLO XVIII
Siquiera en razón de su antigüedad, con el testimonio incuestionable de su lápida en el Cementerio de Jimena, en su parte más primitiva, en la que, deduciendo del año en que falleció (1889) su avanzada edad de 91 años, se deduce que nació en 1798, es decir, este año haría 211 años, Don Blas Riquelme Guerrero se nos presenta como un personaje de cierto relieve local, del que sólo me han llegado breves retazos de su vida y personalidad a través de referencias familiares transmitidas de generación en generación.
En honor de este cuidadoso recuerdo, recordando lo que me contaba mi abuela Catalina Riquelme Lobato, se me antoja muy interesante que mi tatarabuelo por vía paterna fuera testigo presencial de nada menos que de la afrentosa invasión francesa de 1808 y de la entrada del ejército dominador ante la impotencia de nuestros antepasados que, eso sí, sin medios y mucha heroicidad, en la gloriosa Guerra de la independencia, lograron expulsarlo de nuestro país.
Por aquel entonces ( 1811), manifiesta la impotencia de los mayores, carentes de fuerzas militares que defendieran o apoyaran al pueblo, mi tatarabuelo que tenía 13 años, estremecido de rabia e impotencia, como otros chiquillos se situó a la salida del pueblo para contemplar el sorprendente tropel de caballos y soldados que, envueltos en polvo, se acercaban a la Cruz Blanca. Los zagales corrieron presurosos para comunicar la noticia en el pueblo ¡ Que vienen los franceses, que vienen los franceses!
Al entrar en el pueblo las tropas, fueron conducidas a la Iglesia del Llano de la Victoria, llamado así ( según el padre Martín Bueno Lozano, por la patrona de Málaga). En su patio metieron sus caballos y, seguidamente, obligaron a los vecinos a llevarles espuertas con paja y piensos.
Precisamente, mi abuela, que tenía de él un vivo recuerdo, mi tatarabuelo Blas Riquelme Guerrero fue uno de aquellos chiquillos que tuvieron que colaborar por la razón de la fuerza cuando estaba ausente la fuerza de la razón.
Es poco y de relativo valor histórico lo que me contó mi abuela Catalina, pero a sus descendientes nos pareció suficiente para mantener vivo su recuerdo e incluso admirable.
Nuestro remoto antepasado, contemporáneo de los legendarios bandoleros José María "El Tempranillo" y el matador de toros y bandolero José Ulloa "Tragabuche", a su manera, sufriendo por la impotencia, fue uno de los dignos españoles que soportó la invasión francesa.
Entre nietos y tataranietos, a lo largo de más de un siglo, el nicho pasó a mi pertenencia y, después de haberlo restaurado, espero que sea conservado para el futuro, cuando el paso de los años de valor añadido incluso a las personas y hechos más modestos.
Ricardo, como te decía, la tradición oral es muy valiosa para los que nos gusta la historia local, es decir, de tu pueblo o comarca. Los recuerdos de los ancianos, sus grabados y fotografías, etc., dicen mucho sobre la vida en el pasado.
Muchas personas curiosas conservan objetos de su juventud o que les fueron legados por sus padres o sus abuelos. La historia familiar es una rama de la historia local. Muchas personas conservan fotografías de hace tres y hasta cuatro generaciones como es mi caso.
Por Juan León Espinosa
Pd: Saludos para todos los jimenatos y que paseis una buena feria
Historia Humilde , pero interesante, de un Jimenato del Siglo XVIII... por Juan León
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