Hace pocas fechas, con ocasión de una noticia que revelaba parte del borrador de la nueva Ley de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía, este mismo medio recababa mi opinión por razón del cargo. (vease AQUI)Sin ningún tipo de tapujos, alto y claro, dije que no me parece buena idea dejar en manos de los ayuntamientos la concesión de licencias en parques naturales sin informes de Medio Ambiente, que ahora son preceptivos.
Sin quitar ni una coma de los que entonces dije, aclaro en este mástil que las generalizaciones son odiosas e injustas, así que sálvese el que pueda. Pero es que hay más: si bien entiendo que la destrucción de la costa en este país tiene su origen en la vorágine urbanística de los ayuntamientos, que nadie de administraciones superiores crean que se van de rositas, porque ellos tienen tanta o más culpa que los administradores locales, ante cuyos desmanes la Junta o el Gobierno central han practicado la política del avestruz, y de ejemplos están las hemerotecas bien servidas.
Defiendo una autoridad ambiental, y más con la que está cayendo en un Planeta cada vez menos habitable. Pero una autoridad menos siniestra como la que tenemos en Andalucía, con unas direcciones generales descoordinadas cuando no enfrentadas, en las que los papeles y los trámites no sigan caminos eternos, provocando incluso que los ciudadanos lleguen a odiar la calificación de espacio protegido de sus territorios. Y, por supuesto, una mayor sensibilidad de los jueces ante los disparates que se cometen a diario. No sé si me explico.
Ildefonso Sena.
Sena ve peligroso que los municipios den licencias en los parques naturales (II)
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