Dando un paseo, por los entresijos de internet, me encontré una oferta de una empresa polaca dedicada a la fabricación de objetos de vidrio. Es tan previsora que ya tiene diseño de botes para el supuesto de que en algún lugar broten aguas milagrosas. El proceso es muy simple. Alguien promueve y expande la idea de que allí se producen hechos prodigiosos. Siempre hay una fuente. Se monta un chiringuito. Conectan con dicha industria. Y se ponen a la venta dichos recipientes para que algún crédulo pique y suelte su óbolo. Luego se ofertarán viajes, a precios adecuados (para el que oferta), para peregrinar al lugar del prodigio donde esperan, ansiosos, multitud de quioscos ofreciendo cadenas, medallas, velas, calendarios, estampas… Y todo continuará como una bola de nieve por la ladera de una montaña (el bolo es cada vez más grande).
Al final se construyen edificios religiosos o no y se escoge una fecha para que todos los años se repita la excursión, que es en lo que se convierte al final. Que la buena comida y el buen vino no falten. Y no digamos del baile. Las hermandades, ante semejante panorama, crecen como hongos (favoreciendo el asociacionismo).
Como vemos todo es positivo. Se fomenta el trabajo en muchas industrias ( metalúrgicas, textiles, religiosas, cárnicas, vinícolas…) y también el consumo. Al final, el evento, se declara como de interés turístico internacional y los turistas llegan por miles. El negocio es redondo.
Saludos,
Fco. Vera
Todo positivo... por Francisco Vera
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