En una reunión celebrada ayer en el Ministerio de Cultura, se ha desbloqueado el convenio de colaboración para que los buques de la Armada participen activamente en la defensa del Patrimonio sumergido. Está claro que la zona elegida hace prever que los resultados no se harán esperar. Aunque las intervenciones se han programado con todo rigor científico, será la primera vez que España pasa a la acción y puede obtener un mapa arqueológico completo y detallado de la zona.
Los trabajos empezarán con prospecciones geofísicas con un objetivo muy preciso: localizar, identificar y evaluar yacimientos arqueológicos subacuáticos y establecer medidas concretas de protección. La primera acción conjunta tiene por misión conocer mejor el gran patrimonio naval español para poder protegerlo de cualquier riesgo, incluidos los cazatesoros.
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