Desde las páginas de Europa Sur uno siempre ha cargado contra la desvergüenza con que ciertas empresas, ciertas navieras, ciertos vecinos y ciertas colonias británicas emponzoñan las aguas de la Bahía. Pero de ahí a denunciar que playas como Los Lances (el año pasado) o los Alemanes (este verano) están en tan malas condiciones que merecen "bandera negra" hay un abismo que solo se puede cruzar cuando el ansia integristoecologista te hace levitar (que no caminar sobre las aguas ya que, al parecer, les dan asquito).
Los grupos ecologistas tienen el enorme mérito de haber removido las conciencias de la sociedad y haber empapado de sensibilidad medioambiental, al menos, los currículos educativos y buena parte de las acciones de la administración y de los particulares, aunque aún quede mucho por recorrer. Pero despropósitos como algunas de estas "banderas negras" son un pasito pa'tras, como cantaba aquel, porque desacreditan a sus proponentes y, por asimilación, a quienes defienden la sostenibilidad como guía, y no solo como palabro.
Ricardo Tejeiro.