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Foto: Tiojimeno |
lo traté y conocí en la Novena del pasado año, cuando recorrí, con
Ignacio Trillo e Iban Munárriz, los maravillosos rincones de Jimena.
Pese a que apenas conviví con él dos días, en los que nos ofreció
alojamiento, me pareció un ser excepcional y una de esas personas que
parecen dotadas, divinamente dotadas, para la conversación.
Recuerdo,asímismo, cómo me ilustró, desde la terraza de su casa el horizonte
jimenato, que se pierde allá dónde la serranía impone sus dominios; y
las conversaciones sobre baloncesto, vida y gastronomía que convergían
en un talante afable, filantrópico y encantador.
Jimena pierde a un humanista, y los hombres se quedan sin la luz de su
conocimiento y el resplandor de su generosidad.
Descanse en Paz.
Jesús Nieto Jurado es novelista.