Sobre la Lonja Micológica... por Andrés Rebolledo


Me permito hacer algunas reflexiones a esta nota de prensa y a las declaraciones de nuestro alcalde Pascual Collado sobre la temporada de setas de este año.
Las pongo en negrita y grande a continuación de cada una de ellas.
La lonja micológica vive la mejor temporada de los últimos años
La instalación municipal cierra hoy sus puertas tras haber comercializado desde su apertura hasta 40.000 kilos de setas. El precio medio se mantiene en 6 euros.


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Técnicos de la lonja micológica de Jimena clasifican las setas recibidas en las instalaciones.
La lonja micológica de Jimena de la Frontera cierra mañana domingo la temporada de setas, una campaña que ha sido calificada por el alcalde de Jimena, Pascual Collado, como "la mejor de todas las que hemos vivido desde la apertura de la lonja". En esto lleva toda la razón y ha sido calificada como “ha caído la lotería este año en Jimena y muy repartida” Esto es resultado, principalmente, de las favorables condiciones climatológicas vividas durante el presente otoño e invierno, muy favorables para la proliferación de especies como la chantarela. Además de boletos, yemas, seta de ostra, crespas, pies azules, trompetas negras y amarillas, lenguas de vaca, niscalos, etc.

Este año, la Lonja Micológica de Jimena abrió sus puertas el 3 de noviembre. Desde entonces, las instalaciones han comercializado unos 40.000 kilos de setas, según el primer balance efectuado por la delegación de Medio Ambiente. La mayor parte de esta cantidad corresponde al producto estrella de la lonja, la chantarela, que se ha pagado a un precio medio de 6 euros a lo largo de la temporada, lo que supone una producción superior a los 240.000 euros.
Si se hubieran comercializado todas las setas encontradas en el monte este año posiblemente se hubieran duplicado la cantidad y los beneficios.

El alcalde de Jimena destacó el hecho de que esta buena temporada setera haya coincidido con el período de crisis económica. En este sentido, el recurso de la recolección de setas ha supuesto una importante inyección económica para muchas familias tanto de Jimena como de otras poblaciones del parque natural Los Alcornocales, el Campo de Gibraltar, la Serranía de Ronda y la Costa del Sol. 
Se debería hacer un gran esfuerzo en conseguir comercializar el resto de especies de setas para un mayor beneficio.

Esta temporada, además, ha aumentado el número de mayoristas interesados por adquirir lotes de setas comercializadas en la lonja, por lo que no ha habido problemas para ajustar la demanda a la oferta, que en días puntuales ha superado los 1.000 kilos de setas comercializadas.
Para conseguir que la demanda iguale a la oferta habría que regular los precios y no hubiera abusos como los que se han producido, pagando en muchas ocasiones el producto a precios verdaderamente irrisorios, teniendo en cuenta el esfuerzo tan grande que tienen que hacer los recolectores en medio del monte con 15, 20 y hasta 30 kg en las espaldas durante todo el día y arriesgados a caerse o perderse en cualquier momento. Hay varias alternativas para ello como que los recolectores se organicen y entablen acuerdos con los mayoristas o que la materia prima no salga en bruto de la zona, como pasa con el resto de los recursos naturales del Parque Natural, es decir que se procese el producto en sus diversas formas: frescas envasadas, congeladas, deshidratadas, trituradas, en láminas, en tacos, secadas en polvo para condimento, sales de setas, miel con aroma y sabor a setas, confitadas en aceite, aceites y vinagres aromatizados de setas, setas en escabeche, setas en conserva, etc…



Con esto conseguiríamos el valor añadido al producto y más mano de obra en este procesamiento.

Además, la implicación de mayoristas de todo el país en el proyecto ha permitido que el kilo de setas se comprara a lo largo de toda la temporada a un precio más o menos estable, sin demasiadas fluctuaciones, lo que ofrece más garantía a los propios recolectores, que evitan de esta forma acceder a otras vías de comercialización.
Esto no ha sido así y los precios se han acordado por los mayoristas antes de que lleguen los recolectores y en algunas ocasiones, por la excesiva oferta del producto los precios han bajado tanto que muchos de los recolectores se han ido a otros compradores particulares que los pagaban algo mas alto.

Aparte de los beneficios indirectos, la lonja también ha generado dos puestos de trabajo estables en la plantilla de personal necesaria para su funcionamiento. Pero más allá de lo puramente económico, Collado considera que el funcionamiento de la lonja está aportando otros beneficios menos tangibles a corto plazo pero más importantes a la larga. El trabajo de concienciación sobre prácticas de recolección sostenibles y no agresivas con el medio ambiente está calando cada vez en mayor medida entre los propios recolectores. Se está apreciando un descenso del uso de bolsas de plástico, la recolecta de ejemplares demasiado jóvenes o el abandono de residuos en el monte.
La mayoría de los recolectores por no decir todos han seguido utilizando las bolsas de plástico y al ser tan grande la recolecta las han ido pasando al saco tradicional, también sintético con lo que pierde el producto en ese material y la fermentación a la que es objeto durante todo el recorrido. En la gran mayoría no se ha tenido en cuenta el tamaño por aquella filosofía de “antes de que se los lleve otro o sabe dios si voy a volver por este lugar”. Y en lo que mas desacuerdo tengo es en el aspecto de los residuos, da verdadera pena como se han dejado los montes este año, también existe esa filosofía de “los meto debajo de lentisco y no los ve nadie o el monte lo pudre todo”. No señor, los montes están llenos de basuras y residuos tirados por la mayoría de los hongueros, aunque duela.

Collado explicó que el cierre de la temporada de la lonja se produce en un momento en que la chantarela comienza a escasear y las cifras de recolección han caído de forma notable. Aún es posible recolectar esta seta en los montes de Jimena, aunque en pequeñas cantidades que no justifican el mantenimiento del servicio.

Además, tras las fiestas de Navidad también se ha apreciado un notable descenso de la demanda por parte de mayoristas.

Por último una reflexion general.
Es necesaria una regulación de esta actividad (métodos, tamaños, recipiente, normativas, carnet, etc…) que beneficie a los recolectores como actividad tradicional sin que perjudique al medio ambiente ni a las propiedades privadas. De seguir esto así se puede crear un conflicto entre propietarios y recolectores que de hecho alguna escaramuza hubo este año. Al final en este conflicto quien paga las consecuencias es el medio ambiente, posiblemente por represalias.
Es necesaria una actuación municipal para conseguir de la administración algún proyecto (tipo cooperativa o empresa familiar) para la manufacturación del producto y así se generen puestos de trabajo y beneficios añadidos.


EN CLAVE CONSTRUCTIVA.


Un Saludo.
Andrés Rebolledo (Aficionado)Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.

23 de enero de 2011
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