La economía sumergida es una lacra social que, solo en el caso de Málaga, deja un 'agujero' de seis mil millones de euros al año en las arcas públicas. Los cálculos realizados por el sindicato de técnicos tributarios (Gestha) evidencian que la crisis y las dificultades económicas han multiplicado la picaresca, hasta el punto de que la bolsa de dinero negro ha engordado un 33% en el último decenio.
A tenor de estos datos, la cuantía que escapa del control del Fisco rondaba al cierre de 2009 (último informe disponible) los 6.099 millones de euros. Esto es, nada menos que el 22,5% del Producto Interior Bruto (PIB) de la provincia, como recuerda Gestha.
Dispuesta a atajar estas cifras, la Agencia Tributaria ha anunciado en las últimas semanas que a lo largo de este año pondrá en marcha un plan para luchar contra la economía sumergida. Entre las medidas previstas, Hacienda estrechará el cerco sobre las personas que perciben rentas sin declarar y, al mismo tiempo, cobran el paro u otras prestaciones de la Seguridad Social.
Dicho Plan de Control Tributario 2011 contempla incrementar las inspecciones de carácter presencial, con visitas a locales y negocios para detectar estos fraudes empresariales, y se articulará conjuntamente con la Inspección de Trabajo y la Tesorería General de la Seguridad Social. Asimismo, se reforzará el control sobre las actividades derivadas de la importación de bienes procedentes fundamentalmente de Asia y otros terceros países, así como la investigación de los canales de comercialización de los artículos importados, lo que incluye actuaciones de carácter presencial.
Cae la recaudación
Ante el acusado descenso de recaudación de los últimos ejercicios, Hacienda se ha propuesto hacer aflorar todas estas irregularidades que, según las estimaciones de los técnicos tributarios, son de tal envergadura que, en el caso de la provincia, si se hiciera una división por cabeza equivaldrían a que cada malagueño ocultara al Fisco rentas por valor de 3.860 euros de media cada año. Para poner coto a este dinero negro, el Plan de Control Tributario prevé otras iniciativas como el control de actividades profesionales a través de los signos externos de riqueza que permitan el descubrimiento de ingresos no declarados y de las facturas falsas del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). También se prestará especial atención al uso de billetes de alta denominación, así como a la detección de falsas empresas subcontratistas.
Por lo que se refiere a la persecución del fraude en fase recaudatoria, se intensificará la inspección de deudores con incumplimiento sistemático de sus obligaciones fiscales, con el fin de embargarle bienes, y se vigilarán insolvencias aparentes y procesos concursales ficticios para eludir el pago de las deudas tributarias. Según las estimaciones de Gestha, un plan antifraude eficaz, aumentaría la recaudación en 995 millones de euros anuales en Málaga.
