Como un bumerán, el plan de ajuste que hace dos semanas tumbó el Parlamento de Portugal regresó ayer con más fuerza. Los ministros de Economía de la zona euro prometieron rescatar en mayo a Portugal con 80.000 millones de euros, pero anunciaron como contrapartida la imposición de un durísimo plan de ajuste. Durará tres años e incluirá una oleada de privatizaciones, liberalizaciones y recortes del déficit que deberán ser apoyados por el Gobierno en funciones, dirigido por el socialista José Sócrates, pero también por el resto de grandes fuerzas políticas portuguesas. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, anunció que España contribuirá al rescate de Portugal con 5.000 millones de euros en forma de garantías, por lo que no alterarán los objetivos de déficit del Gobierno.
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