Nuestros lectores recomiendan:Los mitos caídos del 22-M


Los resultados de las elecciones municipales del pasado domingo han destrozado varias reglas de oro que los partidos consideraban inexorables. El mapa municipal de Andalucía ha cambiado de manera abrupta y ha dejado estampas insólitas como la de que el único municipio con mayoría absoluta en manos del PSOE en Málaga tiene menos de 6.000 habitantes (Villanueva del Trabuco). Ni el PP se imaginaba una cosecha de votos tan abultada, ni nadie en el PSOE se olió un estrépito de tal magnitud. Tras el 22-M, varios mitos electorales han caído. Estos son algunos:


- La victoria del PP, un milagro. El líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, solía decir que la victoria de la derecha en Andalucía "sería un milagro". El hecho sobrenatural se ha producido. El PP ganó el pasado domingo por primera vez en su historia al PSOE en el conjunto de la comunidad, obteniendo una subida de 7,2 puntos respecto a 2007. Sacó 1.603.746 sufragios, 375.477 más que hace cuatro años. Aparte de ganar en las ocho capitales, en Jerez y Algeciras, y lograr la mayoría en cinco diputaciones, la aportación del PP andaluz a la victoria nacional de su partido ha sido decisiva. En el conjunto de España, el PP ha crecido en 557.956 paletas, el 67% de ellas en Andalucía.

El PP no esperaba este resultado. Estimaba superar al PSOE por unos 50.000 votos. En el PSOE, tampoco. Ya en los últimos días de campaña había quien se conformaba con ganar por "un solo" voto. Los socialistas sumaron 1.312.844 sufragios, es decir, 243.041 menos que hace cuatro años, lo que representa una caída de 8,4 puntos. En Andalucía está el 16% de la pérdida de votos del PSOE en el conjunto de España.

- Arenas, nunca gana. El presidente del PP andaluz nunca ha ganado unas elecciones en Andalucía. Tan cierto es este hecho que los socialistas comparan a Arenas con Platanito, el torero que desaprovechó todas las oportunidades para convertirse en matador porque el público no se lo tomaba en serio. Desde el domingo, ya no hay mito, aunque él no aparecía en los carteles. A partir de ahora, los socialistas se cuidarán mucho de asegurar la imposibilidad de que alguien que ha perdido tres veces pueda ganar a la cuarta.

- La participación beneficia al PSOE. En todas las campañas, los socialistas esgrimen el fantasma de la abstención para movilizar a los suyos. La regla de tres era a mayor participación, más posibilidades de triunfo del PSOE. El llamamiento para movilizar a los suyos ha sido el principal y casi único mensaje que ha lanzado la ejecutiva regional que dirige José Antonio Griñán. "Si no votas, otros votarán por ti", ha repetido hasta la saciedad. Este mensaje no ha ido acompañado de argumentos para atraer al votante socialista. La participación en Andalucía ha sido del 65,8%, cuatro puntos más que hace cuatro años. Cuando en 1995, el PP consiguió las alcaldías de las ocho capitales, los andaluces también se movilizaron (68,8%) para echar a los socialistas. Fue el peor resultado obtenido por el PSOE en unas municipales, aunque fue el partido más votado. En un artículo en Público, Juan Montabes y Carmen Ortega, profesores de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada, destacan que los municipios rurales (hasta 20.000 habitantes) fueron donde hubo mayor movilización y los que más apoyaron a las candidaturas socialistas. Esa circunstancia, mantienen, "amortiguó una mayor caída electoral" del PSOE.

- El interior no quiere al PP. Desde 1995, el PP tiene una hegemonía incuestionable en las grandes ciudades, especialmente del litoral. El 22-M ha vuelto a dar un tirón, y en los 29 principales municipios de más de 50.000 habitantes acopia el 57% de sus votos totales y tiene asegurada la alcaldía de 23 de ellas. Pero la primera victoria electoral del PP en el conjunto de Andalucía se ha producido cuando ha sido capaz de despegar en las ciudades medias de interior, las llamadas agrociudades, tradicionalmente dominadas por el PSOE. Consecuencia de este salto y este mejor equilibrio en el reparto del voto es el acceso al poder en cinco de las ocho diputaciones. Por primera vez es más votado que el PSOE en el conjunto de las 52 ciudades de entre 20.000 y 50.000 habitantes, en las que ha incrementado un 35% sus apoyos respecto a las municipales de hace cuatro años y ha obtenido 241.439 votos, casi 10.000 más que los socialistas, que han bajado un 13%.

- La gente vota a sus alcaldes. En Andalucía se votaba la renovación de 771 Ayuntamientos y la elección de 9.031 concejales. La estrategia del PP de nacionalizar las elecciones se ha impuesto de manera clara, frente a la de los socialistas de insistir en que se elegía a los alcaldes. "Los ciudadanos han votado en clave nacional, aunque las elecciones generales no estaban convocadas. El PP ha insistido en señalar que los problemas venían de fuera y les ha salido muy bien", asegura Montabes. Los socialistas han descargado casi toda la culpa del resultado al desempleo y a la gestión de la crisis económica, aunque Griñán ha reconocido "errores propios", que aún no ha precisado.

- El PSOE le gana a las encuestas. Esta frase la han repetido los socialistas hasta la saciedad. Pero los sondeos acertaron. Todas las encuestas publicadas en el último año y medio, sin excepción, aventuraban el triunfo del PP en unas autonómicas. En algunos sitios, como Sevilla, los pronósticos se quedaron cortos. A 10 meses de las andaluzas, la duda es si la diferencia obtenida por el PP aumentará hasta la mayoría absoluta o el PSOE será capaz de reaccionar. Por ahora, no se ve una hoja de ruta, en la que no hay que descartar una mayor implicación de la ejecutiva federal en Andalucía.
Lourdes R. para El Pais.
Remitido por Antonio con el siguiente Comentario: "Rompiendo moldes, en Andalucía, también en Jimena."

29 de mayo de 2011
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