Me indigna comprobar, lo poco que valoran algunos la inteligencia y la libertad de los demás.
Pensar que con las ayudas a jóvenes parados, la Junta pretenda comprar sus voluntades, es desde luego insultar al Gobierno de la Junta, pero mucho peor, es insultar a los perceptores de las ayudas, a quienes queda muy claro que con esos comentarios se les subestima.
Resulta curioso que, casi todos los comentarios malintecionados, nunca los firma su autor, siempre suelen esconderse tras cualquier pseudónimo. A mí no me molesta mucho, nunca contesto a comentarios, cuando se trata de críticas que se hagan a lo que yo pueda escribir, por una cuestión elemental, porque quedo muy agradecido al que lo ha leído y porque soy consciente, que cada cual tiene su punto de vista. Pretendo sólo que se me respete y por la tanto debo ser el primero en respetar.
En esta ocasión, es que me apetece erigirme en "Guerrero del antifaz" y salir en defensa de muchos anónimos, que cómo todavía no son perceptores, sino potencialmente insultados, no tiene la posibilidad de hacerlo.
Cuando se subvenciona la Ganadería y la Agricultura, a las Empresas... ¿Se compran sus votos? No, claro, son personas libres, inteligentes, cultas, que deciden sólo lo que más les conviene, en función a sus ideas, intereses...
¿Por qué, los jóvenes parados, no van a ser otro tanto?
Estas ayudas, sólo demuestran sensibilidad de la Administración socialista con quienes por la golosina de la construcción abandonaron sus estudios y sería magnífico para ellos, que pudieran retomarlos.
¿Por qué, no se valora la medida? Se comenta si hay otras cosas que se pudieran hacer y serían más eficaces.
Porque el objetivo es dañar miserablemente a quien concede la ayuda, sacando a relucir cuestiones que están bajo investigación, pero sobre las que aún no hay Resolución Judicial y diciendo infamias y mentiras, que se suscribe anónimamente, temiendo la querella del que se sienta ofendido.
Yo procuro no ofender a nadie. Pero por si alguien se sintiése ofendido, ahí va mi nombre y apellidos: José Carracao Gutiérrez.