El día que iba a perder las elecciones Don Diego se levantó a las 5:30 de la mañana, en el día de 1 de mayo de 2012:
http://www.diariodesevilla.es/article/andalucia/1039115/valderas/propone/grinan/apure/hasta/limite/y/convoque/mayo.html
En los meses anteriores había soñado que ocupaba una Consejería, soñaba que estaba dentro del Gobierno Andaluz y que nada se hacía sin contar con su consentimiento: “Don Diego siéntese al lado de “Pepe Griñán” que él no hace nada sin usted”, “Don Diego hay que legislar para el oleoducto de Doñana, pero usted tranquilo que será chiquitito”.
Se puso la cobarta de las ocasiones:
http://utils.lainformacion.com/images/IMGS_CMS/valderas-iu-andalucia-apuesta-por-dejar-pasar-a-vara-pero-dando-mucho-la-vara-en-extremadura/2011_6_14_0DyYjailk6orNeaA4mLg04.jpg?type=border&width=645&height=516.37283236994&mtime=1308050181
Y dejó el casco, sin embargo más idóneo para el día del trabajador, pero el casco para el Señor Don Diego estaba más en desuso que la corbata. Además había realizado un esfuerzo denodado, desde agosto de 2011, para alargar las elecciones hasta ese día tan significativo para los trabajadores, 1 de mayo, tan revelador para la izquierda, en palabras de Don Diego un día “con sentimiento de clase”. Y eso es así aunque la “clase” signifique agotar la legislatura en 4 años y dos meses, hecho nunca jamás ocurrido en los años de democracia, ni en el Estado ni en ninguna Comunidad Autónoma ni en ninguna de las elecciones municipales. Total, pensaba Don Diego, que significa la democracia, que significa que Andalucía haya sido la comunidad autónoma más afectada por la crisis, que significa que IU en Extremadura y en muchos pueblos andaluces esté actuando con las directrices que marcaba Anguita, Programa, Programa, Programa, acaso no es cierto que en ese pequeño pueblo del Campo de Gibraltar qué actúa con ética no gobierna, cuando allí podíamos ser los capataces de “Andrés”, porque cuando yo sea el que lleve las riendas del cortijo de “Pepe” en la Junta, el pacto de izquierdas va a llevar a que Andalucía tenga el mejor capataz del mundo, “Don Diego”.
Ahora aunque traté de esconder mi angustia cuando comenzaron a perfilarse los primeros resultados la tarde de ese 1 de mayo, cuando pude observa la congoja en la cara de Don Diego, su mirada cariacontecida, su voz débil y sin fuerza, las banderas de los sindicatos de “clase” a media asta, que infinita tristeza, además las bases del partido se presentaron llenas de rabia porque hacia tiempo que reclamaban que no quería una marioneta en el Cortijo, ni una segunda carrocería con el mismo motor PSOE, por eso, las bases se quedaron en su casa a la hora de dar su voto. Y el ciudadano andaluz, de calle, que más que izquierda o derecha lo que le preocupa es el futuro de su pueblo, alzo su voz, porque no quiere más califas ni capataces de tres al cuarto ni los "mismos de siempre" en el poder en nuestra tierra.
En su remordimiento Don Diego cavilaba y cavilaba sobre la necesidad de pluralidad, de democracia interna en los partidos, de reflejar lo que sienten las bases, de la ceguera que produce el poder cercano, que hace que Andalucía camine hacia una Izquierda Desunida y no Unida y desde luego, Don Diego, que sigamos caminando sin una iniciativa clara por nuestra propia Andalucía, por lo que somos nosotros mismo como pueblo, de esa identidad y esa ilusión perdida de ser socialista y de ser de izquierdas que desafortunadamente no ha sabido usted ocupar ese sitio.