Me siento orgulloso de ser el Alcalde de un pueblo, que es capaz de organizar, como lo hace, un evento como los Talleres por la Paz.
Este año han sido 264 jóvenes, 9 Talleres y múltiples actividades de integración, las que han venido desarrollándose en los diez días que ha durado el acontecimiento.
Diez días que han marcado, sin duda, la vida de muchos de sus protagonistas. Algunos, como el caso de cubanos y marroquíes, sabiendo que era una experiencia única y que va a ser muy difícil que puedan volver a repetirla.
Quiero decir, un año más, que merece la pena todo el esfuerzo que hacemos. Creo, como me refería en la presentación, el representante del INJUVE (Instituto de la Juventud de España) que son muy pocos los pueblos en la geografía española, que son capaces de llevar a cabo, una actividad que genere tanta energía positiva, tanta felicidad y tanto aprendizaje en valores, como éste que tenemos la osadía y la valentía de hacer aquí.
Los jóvenes conviven, aprenden, disfrutan y se transforman, como me decía algún padre: “Mi hijo ha cambiado, no es el mismo que llegó aquí”. Se educan en valores y se relacionan con el distinto, con el que tiene otra religión, otra cultura, otra ideología, etc… y lo hacen en Paz, con tolerancia y respeto. ¡Qué más se puede pedir!
Han comido en la misma mesa, han jugado, han bailado, han reído y han llegado a llorar en las despedidas. Han generado un nuevo mundo de relaciones personales, los unos con los otros, que, sin duda, va a perdurar en el tiempo y los va a convertir en amigos de por vida. Y esto, lo hemos conseguido entre todos, responsables políticos, asociaciones, particulares, entidades. Todos aquellos que han puesto la pequeña piedra para construir el muro. Esa muralla, como dice la canción, que se abra para lo bueno, como son nuestros Talleres por la Paz y que se cierre para la incomprensión, la intolerancia y las guerras.
A todos gracias desde San Pablo de Buceite.
Andrés Beffa García
