Como puede leerse en el acta, tras responder algunas preguntas de meses anteriores, la Alcaldía, dentro de su infinita bondad, permite hacer siete preguntas, pero a la séptima, cuando se toca el tema de la participación en la Junta Municipal de Distrito… considera que es excesiva y… ¡levanta la sesión!
Evidentemente, es un claro ejemplo de qué no debe hacerse en democracia, donde, al menos en teoría, los ediles que no son del equipo de gobierno tienen un mínimo derecho a expresarse. ¿Qué ocurriría si algún gobierno municipal hiciera lo propio con la oposición hoy?…
Según el acta, el motivo es que la intervención “está excediendo de lo razonable”, lo cual traducido al lenguaje político vendría a ser algo así como “como no me admites pulpo me llevo el scatergoris”. Basta la simple lectura del acta para darse cuenta que el “exceso” fue la simple pregunta. O eso, o también se censuró cualquier tipo de opinión que no fuera del gusto del mandamás de turno y su humilde (por casi 10 millones de las antiguas pesetas anuales) apuntadora.
Eso debe ser consenso en Jimena: esto se aprueba porque lo traigo yo, lo que traigas tú ni se discute, y si preguntas dos veces me voy a mi casita que total, mi sueldo me lo pongo yo. Una muestra más de cómo algunos pierden el sentido de la democracia el día siguiente de las elecciones.
Después de estos detalles, espero que al menos tengan la sensatez de no volver a hablar de “consenso” en algo que fue una imposición en toda regla, con mordaza incluida para quienes osaran preguntar por la participación en este órgano, descartando cualquier debate, interés, o siquiera motivación del rechazo frente a las propuestas de los demás.
J.A. Vazquez
