La respuesta de asociaciones, sampableños en particular, y el interés que ha suscitado esta agria polémica, me hace, en esta apacible tarde de domingo, trasladar mi opinión a través de Buceite.com
No creo que el enojo y la irritación de los vecinos venga dada, como dice el alcalde, por el deseo de Andrés Beffa de mantenerse como presidente de la JMD y que, como consecuencia de ello, venga azuzando a los ciudadanos contra el “gobierno central”.
Sería, ésa, una lectura simplista y baladí del asunto.
No. La verdadera razón del “cabreo” de los sampableños es que quieren modificarles el modelo de autogestión administrativa -y política- que el actual reglamento -aprobado en Pleno- les concede.
Realmente, y así lo ha manifestado públicamente, a Guillermo Ruiz el desarrollo de competencias, encomiendas, atribuciones, derechos y deberes que la norma recoge le preocupa más bien poco. Lo que quiere… porque si Guillermo tiene una virtud es que no sabe mentir, es “cargarse” a Beffa.
Y mi pregunta es: ¿alguien conoce un sistema de representación más justo, y más democrático que el de la elección directa en votación individual, libre y secreta?
Eso es lo que en San Pablo no quieren perder: El derecho a elegir quién rige sus destinos en la política más doméstica y más cercana que existe.
El día 22 de mayo los vecinos de San Pablo sabían que, además de votar a una lista para, posteriormente, elegir al alcalde del municipio, elegían, al presidente de la JMD de entre los integrantes de las distintas candidaturas que ocupasen el primer lugar por San Pablo.
En el programa electoral del PP no se recogía la modificación de la fórmula, por tanto ahora, el “equipo de gobierno” debe aceptar -y no truncar- la voluntad popular. Asumir, como el PSOE aceptó por dos legislaturas que Tesorillo estuviese regido por una persona del PP, y esperar a las próximas elecciones municipales para ofrecer un nuevo procedimiento de elección durante la campaña electoral.
Veremos qué papel juegan I.U y P.A. Los primeros, fuerza emergente en el municipio, defensores de la vía asamblearia y del “una-persona-un-voto”, deben cuidar sus posicionamientos políticos y su estrategia para no desdecirse, con los hechos, de su filosofía de izquierdas. Los segundos, al fin y al cabo grupo residual, no tienen más obsesión que vengar sus derrotas ante PSOE al precio que sea.
Cuando un ciudadano pierde la capacidad de rebelarse -civilmente-, ha muerto. De estos felices cadáveres están llenas las calles de nuestras ciudades. No nos podemos limitar a contemplar este desfile con las manos en los bolsillos desde la acera, convencidos de que no sirve de nada protestar. El hábito de autoritarismo en el que suele reincidir la derecha española necesita de nuestro conformismo para alimentarse y llegará hasta donde uno se deje.
Los sampableños que acudan al Pleno de aprobación del nuevo estatuto, en el que cada partido se va a retratar, no podrán expresar su opinión allí. Lo podrán hacer, eso sí y por ejemplo, el próximo 20 de noviembre.
Manuel Mata Pacheco
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