El lunes, después del receso, a todos los asistentes al juicio del caso Malaya les cambió la cara. Juan Antonio Roca, el poder en la sombra de Marbella durante los años del gilismo crepuscular, el hombre que había convertido el Ayuntamiento en su SL privada, abandonaba su estrategia de conceder miguitas de confesión al fiscal -un delito prescrito un día, aspectos organizativos de sus sociedades al otro- y se lanzaba a reconocer el núcleo de los delitos por los que lleva entre rejas desde el 29 de marzo de 2006. En un calculado torrente de desahogo, Roca admitió como suya la contabilidad secreta intervenida en la entidad Maras Asesores. También reconoció que las entradas de esa contabilidad -33,3 millones de euros- corresponden a pagos que le hicieron los promotores imputados; y las salidas, a sobres con dinero negro que él entregaba periódicamente a los concejales del equipo de gobierno entre agosto de 2003 y marzo de 2006 para mantener alta su fidelidad.
ver contenido en ELPAÍS.com
Nuestros lectores recomiendan: Roca sacude el 'caso Malaya'
comentarios gestionados con
Disqus
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)