El Alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, visitará Castellar de la Frontera el próximo jueves 19 de enero. Esta visita se enmarca dentro de una ronda de contactos a raíz de la decisión de la Junta de vender su patrimonio, en ambos pueblos, con el objeto de poder afrontar algunos pagos de su deuda. En Castellar la Consejería de Agricultura pretendía sacar a subasta pública la finca Majarambuz de 245 hectáreas, aunque gracias a las gestiones realizadas por el alcalde, Juan Casanova, se consiguió que se paralizara el proceso para poder seguir negociando. Ambos alcaldes son partidarios de la fórmula de cesión de uso y no de la compra de las tierras por un valor superior a su valor catastral, al igual que se ha hecho en otros municipios.
Juan Casanova ha contactado también con el alcalde de Los Palacios, Juan Manuel Valle Chacón, al tener conocimiento de la intención de su homólogo de reivindicar la revitalización del IFAPA (Instituto de Investigación y Formación Agrícola y Pesquera) de su localidad. Los tres alcaldes han diseñado un proyecto conjunto basado en el paradigma de la ‘Soberanía Alimentaria’ (http://es.wikipedia.org/wiki/Soberan%C3%ADa_alimentaria) que desean presentar a la Consejera de Agricultura, Clara Aguilera, antes de que finalice su mandato aunque aún no han recibido contestación sobre la posible fecha del encuentro. Se trata de un proyecto basado en planteamientos alternativos al modelo de agricultura industrial y química predominante desde hace unos 50 años y que adolece de multitud de inconvenientes y genera gran cantidad de efectos perniciosos desde el punto de vista medioambiental, social y económico.
“La soberanía alimentaria es el DERECHO de los pueblos, comunidades y países a definir sus propias políticas agrícolas, pesqueras, alimentarias y de tierra que sean ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias únicas. Esto incluye el verdadero derecho a la alimentación y a producir los alimentos, lo que significa que todos los pueblos tienen el derecho a una alimentación sana, nutritiva y culturalmente apropiada, y a la capacidad para mantenerse a sí mismos y a sus sociedades.” (Foro para la Soberanía Alimentaria, 2002, Roma).
En definitiva, pretenden desarrollar una experiencia piloto que pueda servir de ejemplo a generalizar en otras localidades y que supere las limitaciones del modelo actual predominante. Algunos de los planteamientos de este modelo que se concretan desde el enfoque de la Agroecología (http://es.wikipedia.org/wiki/Agroecolog%C3%ADa), son los siguientes:
Frente al control ejercido por los intermediarios se apuesta los CCC (circuitos cortos de comercialización) y la venta directa de los productos agrícolas por parte de los propios agricultores en mercados locales y comarcales. Es decir, abandonar la exportación como principal forma de obtener ingresos y, por tanto, permitir que sea el agricultor quien reciba el valor total de su producción.
Frente a la producción de monocultivos en grandes extensiones, se apuesta por la diversidad de cultivos en pequeñas explotaciones.
Frente a la concentración de tierras en unas pocas manos, se apuesta por el minifundio y la distribución de tierras entre agricultores comprometidos con este modelo.
Frente al control de las semillas, fertilizantes y plaguicidas por parte de unas pocas empresas multinacionales, se apuesta por el cuidado de las tierras para garantizar su equilibrio y potencial de fertilidad (con fertilizantes orgánicos) y el intercambio de semillas entre agricultores (semillas públicas al servicio del bienestar colectivo y no al servicio del beneficio económico de unos pocos).
Frente al uso de maquinaria movida con gasóleo, se fomenta el empleo de tecnología intermedia (que pueden ser manejadas por una persona sin usar otras fuentes de energía), lo que favorece que más personas puedan vivir de su trabajo en el campo y ayudar a combatir la lacra del paro.
Frente a la separación entre agricultura y ganadería se apuesta por la convivencia de ambas actividades formando un círculo complementario y saludable, respetando los ciclos vitales de los animales y velando porque se desarrollen en ambientes saludables y equilibrados.
Frente a las grandes fábricas de transformación se favorece la instalación de pequeñas empresas transformadoras (mermeladas, quesos, comidas preparadas, verduras envasadas…).
En definitiva, los tres alcaldes han llegado a la conclusión de que el modelo de agricultura actual está obsoleto y no responde a las necesidades alimentarias de hoy en día, y han decidido que ha llegado el momento de explorar nuevas alternativas avaladas por una mezcla de tradición y modernidad apoyada en los nuevos avances científicos en materia agrícola.