Jimenato en la revista JARA Y SEDAL. Jose Antonio Gomez Fernandez aparece en el espacio joven de la revista en el lanzamiento del mes de abril,donde se puede leer lo siguiente: "Tengo 21 años y soy de un pueblo de la sierra de Cádiz (Jimena de la Frontera), situado en pleno corazón del parque natural de “Los Alcornocales”. En él, pueden encontrarse bastantes ejemplares de especies cinegéticas como son; jabalíes, venados, gamos, muflones, corzos, zorros, perdices, zorzales, palomas, etc.
Este escenario ha sido la cuna que me ha visto nacer como cazador. Cazador de mayor fundamentalmente. Afición bonita donde las haya. Y es que para mí, la caza no es un deporte, sino una afición que se tiene que llevar dentro. Tengo que reconocer que a mí me costó sacarla. Recuerdo que cuando era pequeño, no me gustaba nada ir al monte con los rifles ya que me daba muchísima lastima matar o ver de morir cualquier animal. Sin embargo, la primera vez que fui de cacería fue por decisión propia, ya que me mataba la curiosidad de vivir los momentos de la cacería. Entonces mi padre decidió llevarme a un descaste de ciervas, pero solo para que me quedara en la casa del guarda y vivir los momentos de la reunión de los cazadores y al final de la cacería, ver las reses abatidas. Mi cabezonería hizo que mi padre me llevara al puesto, pero finalmente aquella experiencia no me gusto nada. Aún así, mi amor por los animales me hizo seguir yendo al monte y acompañar a mi padre a cazar, pero solo para ver a los animales correr, incluso cuando yo veía algún ejemplar que mi padre no lo hubiera visto antes, no le decía nada por temor a que lo matara. Hoy en día las cosas han cambiado, y poco a poco me he convertido en un enamorado de la caza. Creo que la afición a la caza y su realización es algo fundamental puesto que si no hubiera cacerías, el monte no podría subsistir por el exceso de animales y los daños que ocasionarían. Sin embargo, esto no quiere decir que deba de realizarse sin ningún control, y es que, al hilo de lo que fue mi primera experiencia en un día de caza, creo que la caza de ciervas a últimos de temporada debería de estar prohibida. Es una barbaridad abatir ejemplares hembra de ciervo en esta época ya que muchas de ellas están preñadas. Creo que todo montero que se digne a calificarse como tal, debería de disparar solo a aquel ejemplar macho, o a las hembras en el caso de que sea necesario reducir su densidad por los daños que he comentado anteriormente, pero siempre que no sea a últimos de temporada. Pienso que hay suficiente tiempo a lo largo de la temporada general para hacerlo, y no esperar al último mes ya que es muy desagradable intentar aprovechar la carne del animal sacrificado, y ver como en su interior albergaba lo que en un futuro podría haberse convertido en un precioso venado. Saludos de un montero jimenato.
J.A.G.F