La palabra de Rajoy no tiene ningún valor... por José Carracao.


El Presidente Rajoy hizo su segunda entrevista en un medio de comunicación, desde que llegó a La Moncloa, el pasado día 7 de mayo.
Si no fuera porque la situación del país y la de millones de ciudadanos no está para bromas, habría que decir que Rajoy hizo una mala imitación de Groucho Marx.
“Haré cualquier cosa que sea necesario, aunque no me guste y aunque haya dicho que no la iba a hacer”. (Rajoy. Entrevista Onda Cero. 7 mayo 2012)



“Yo he tenido que subir el impuesto de la renta a las personas físicas a los cinco días de llegar al Gobierno, después de estar diciendo durante toda la campaña electoral y durante los meses anteriores que no iba a subir el impuesto”

“Yo prefiero no subir el IVA en 2013, no quiero subir el IVA en 2013. Pero si tengo que hacerlo, lo haré”. Es decir, ya tiene decido que lo hará.

“A los españoles no les gustan las medidas que estamos tomando, oiga, como no me gustan a mí”.

“Yo no tengo ningún miedo por el sistema de pensiones español y estoy muy tranquilo con este asunto. Y lo mismo ocurre con la Sanidad y la Educación. Lo que hemos pedido a la gente es un pequeño esfuerzo en el tema de la farmacia”.

¿Cuándo superaremos los 6 millones de desempleados?

“Espero que no lleguemos. Pero no voy a hacer elucubraciones sobre cuántas personas sin trabajo va a haber, yo lo único que digo es que este año no será bueno”.

¿No teme que la inyección de dinero público a la banca comprometa más el objetivo de déficit?

“No, no, porque, no está decidido que vaya a haber dinero público en esta operación. Esto lo diremos el próximo viernes”.

“Si fuera necesario para salvar el sistema financiero español, yo no renunciaría, a inyectar dinero público”.

Y, para colmo, sobre ETA: “No estoy preparado para que las víctimas de ETA me hagan una manifestación”.

Espero que Vds., amables lectores, me den la razón, porque es el propio Rajoy quien certifica que su palabra no tiene ningún valor. Y que lo mismo puede hacer una cosa que la contraria.

Y lo hagan también, cuando digo, que el Gobierno tiene que garantizar que las pérdidas para sanear los Bancos, la paguen los Bancos y no los ciudadanos.

Eso es lo que hizo el Gobierno del PSOE, cuando prestó ayudas a la Banca.

Que conste que estoy de acuerdo en que el Estado no puede desentenderse de la situación de un Banco, entre otras cosas porque un Banco tiene los ahorros de muchísimos españoles.

Ahora bien, el Gobierno tiene que decir cómo va a hacer esa intervención y, sobre todo quién la paga. Porque, o pagan los Bancos o pagan los ciudadanos.

Con el Gobierno del PSOE, las ayudas a las entidades financieras no costaron ni un euro a los ciudadanos.

Lo que se concedía eran préstamos o avales, a un interés de mercado. No sólo no se perdía sino que se ingresaban en las arcas públicas los intereses.

Y, porque en el caso de que el Banco no pudiese pagar, se imponía que lo pagase el Fondo de Garantía de Depósitos, es decir, el resto de los Bancos.

Qué se puede esperar, llaman “error estético” a colocar a dedo a sus familiares.
JOSÉ CARRACAO (carracao@telefonica.net)

22 de mayo de 2012
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