Salió desde Portugal, con destino Martinica. En los últimos meses recorrió gran parte del Caribe. Una travesía normal si no fuera por un detalle: el edil abandonó durante todo este tiempo su puesto en el pleno de la corporación lanzaroteña.
Eso sí, el todavía concejal mantuvo su secretaria, que cuesta a la corporación 1.800 euros al mes, y, hasta hace unos días, un teléfono móvil pagado por la institución y cuya última factura superó los mil euros.
De Armas sigue al otro lado del Atlántico y aún no ha puesto fecha a su regreso. De hecho, ahora se encuentra en Estados Unidos intentado vender la goleta canaria en la que se embarcó a principio de año.
La última vez que estuvo en un pleno fue en diciembre de 2011. El concejal no es nuevo en estas prácticas. Ya hizo lo mismo en 2003 cuando la ex alcaldesa de Arrecife María Isabel Déniz le quitó las competencias del Plan General. En aquella ocasión, también sin ninguna justificación, se marchó del Ayuntamiento durante un año.
Los últimos acontecimientos han llevado al teniente de alcalde del Ayuntamiento de Arrecife, el socialista José Montelongo, a pedir la destitución de su asistente y la retirada del teléfono móvil de la corporación.
Pedro de Armas tiene una dilata vida política. De hecho fue presidente del Cabildo de Lanzarote, consejero, y concejal en varias instituciones