El señor Dívar Presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo se ha situado entre El Rey y La Ley. Si El Rey reconoció su equivocación por la cacería de los elefantes y pidió disculpas públicas, nadie tiene derecho a cogerse a ningún organismo para no dar razones por su gestión. No soy quien para decir que sus actos sean delictivos, eso será la justicia quien lo diga, pero su honor se queda entredicho por sus actos. Los gastos que han generaron merecen una explicación y una disculpa a los Españoles. No se hizo una Revolución para que personajes como este se sitúen por encima del Rey.
El Partido Popular ha recalcado y con énfasis la transparencia de su gobierno; oponiéndose a que declaren en El Parlamento el Señor Dívar y Señor Rato le hace un flaco favor a esa cacareada transparencia.
E.Alonso