A los que nos gobiernan, les da igual todo, lo único que les importa es el déficit. Para ellos “el fin justifica los medios” .
Los empleados públicos vamos a cobrar en diciembre lo mismo que otro mes, en el que no podremos excedernos, para no tener que pasar apuros, así que adiós a los polvorones, a la botella de licor, al jamón, a las cajas de gambas, a los regalos…adiós a esas compras, que por esa época, veníamos haciendo para disfrutar con los nuestros de unos momentos agradables.
No sé lo que harán los demás empleados públicos. Yo tengo muy claro lo que voy a hacer, pues no voy a gastar ni un solo duro de lo que tenga ahorrado para asuntos imprevistos o posibles males que ocurran en casa.
- No asistiré a la comida de empresa.
- Intentaré convencer a mis compañeros de que no se compren décimos de navidad, como normalmente estábamos haciendo.
- Intentaré convencer a mis compañeros, como señal de protesta, de que se elimine el ambiente navideño en el centro donde trabajo, evitando decoraciones, fiestas, etc.
- No decoraré mi casa, con lo que evitaré algún gasto.
- No compraré ropa ni calzado. Me vestiré con la que ya tengo.
- En las cenas del 24 y 31, nos pondremos de acuerdo en que llevar, y aportaré un solo plato y un par de botellas de refresco.
- No consumiré en los bares ni restaurantes, ni siquiera un tapeo.
- Reduciré considerablemente el dinero destinado a los regalos de mis hijos (Me estoy planteando un solo regalo y muy económico)
Por último, decirle al Presidente del Gobierno, que como seguramente, él sí podrá permitirse el lujo de no tener que renunciar a la navidad, que no se exceda con la bebida y la comida pues le puede sentar mal.
Rubén Reyes Cortés
