La filantrolía insolidaria, por Rafael Fenoy



Nuestro sistema de salud se encuentra en riesgo por la aplicación de recortes, no sólo en la aplicación de los servicios de salud esenciales para la ciudadanía, sino también por la paralización de la investigación. Algunos miembros de la clase médica, que mayoritariamente rechaza estas erróneas políticas, en lugar de confrontar con el ejecutivo de turno la sinrazón de la reducción de recursos públicos en este ámbito de especial importancia para el presente y futuro de la sanidad española, enarbolan la bandera de la filantropía para paliar el déficit de recursos que el estado está dispuesto a aportar. El llamamiento a que se aplique una variante de la ley de mecenazgo para que los equipos de personal investigador reciba de fundaciones privadas y de particulares dinero escenifica la renuncia a un estado social y de derecho que sustenta la Constitución española.
En este caso la filantropía invocada se encontraría en una fase muy primitiva del desarrollo social, cuando las personas no eran capaces de poner en común sus energías para hacer viable un sistema de ayuda y de servicios sociales público. Era necesario que existiera la caridad (en el ámbito de la religión) o la filantropía (en el entorno laico) de aquellas personas que, con dineros y recursos, no les importaba compartir algo cediéndolos a determinadas instituciones privadas y religiosas para que atendieran las necesidades de los desahuciados o de los desamparados.
Tiempo hace que esas figuras caritativas han quedado en fase testimonial porque el Estado ha asumido el compromiso de garantizar los derechos y servicios públicos esenciales mediante un sistema fiscal solidario. Volver a la filantropía es dar un paso atrás de cientos de años. Nuestro sistema de salud se sostiene n precisamente porque ha avanzado hacia un modelo solidario en el que vistas todas las necesidades reales que tenemos las ciudadanas y ciudadanos nos comprometemos, nos conjuramos solidariamente entre todos y todas para garantizar que las ayudas que permitan atender esas necesidades estén garantizadas para todos y todas de manera universal y gratuita.
En ese ámbito de la investigación médica además se suma a este llamamiento filantrópico el enmascaramiento del intento de absorber para su beneficio privado aquellas grandes empresas farmacéuticas, verdaderos monopolios en determinados ámbitos de la comercialización de fármacos. De esta forma, mediante donaciones y otras fórmulas “filantrópicas” los descubrimientos que el personal investigador al servicio de las instituciones públicas pudiera realizar podrían ser utilizados por estas multinacionales con fines exclusivamente comerciales.
Tanto de una o de otra forma, la materialización de fórmulas filantrópicas para el sostenimiento de los servicios sociales esenciales y la investigación pública supone el mayor de los atentados a un principio de organización social que pone en crisis la existencia del propio estado. Porque, ¿qué sentido tiene que todas las personas aportemos mediante nuestros impuestos a la caja común y quien debe organizarla lo haga con criterios que rompen ese principio solidario y provoca el desamparo y la falta de atención?


Artículo publicado en la Web de Apuntaguía

8 de julio de 2012
comentarios gestionados con Disqus

El Rincón de...

El Rincón de Contreras El Rincón de María El Rincón de Calvente El Rincón de Isidoro El Rincón de Gabriel El Rincón de Lupe El Rincón de Doncel El Rincón de Paqui
Comentarios recientes
TJD RECOMIENDA