La polémica está servida, por Rubén Reyes


De esta norma, que por cierto, no está incluida en el reglamento de la utilización de la piscina, creo que se deduce lo siguiente:
Solo en aquellos casos en los que el responsable de la taquilla no autorice abandonar la piscina, es cuando hay que volver a pagar la entrada y no hay que volver a pagarla , si el responsable autoriza la salida.

Y ahora me pregunto. ¿Qué criterios sigue el responsable de la taquilla, para permitir que se abandone la piscina y no tener que repagar la entrada?
Todo indica, que esta medida, pretende que nadie introduzca comestibles y bebidas del exterior. Sin embargo, cuando pagas la entrada puedes “meter “todo lo que quieras, sin que nadie te mire en las neveras o bolsos.
Como en muchos temas, todo el mundo empieza a hacer comparaciones con otros lugares o negocios, comparaciones que a veces, nada tienen que ver con el tema de la piscina.
Si se saca una entrada por día y persona, se supone que la misma persona puede disfrutar de la piscina todo el día, esto es, desde que abren hasta que cierran.
En un pueblo como Jimena, donde todos nos conocemos, tanto para lo bueno, como para lo malo, si en algún momento alguien tiene o quiere abandonar la piscina, sea por el motivo que sea, avisando al portero, debería ser suficiente como para poder volver a entrar.
Poniéndonos en el lado de la persona a la que se le ha adjudicado el quiosco, si permiten que entren compras del exterior, no vende, y difícilmente podrá recuperar lo invertido.
Poniéndonos en el lado de los consumidores, y teniendo en cuenta la crisis tan enorme que hay ¿Por qué no pueden adquirir productos mucho más económicos que los que se venden en el quiosco?
Puede que haya una solución, pero esta no pasa por prohibirles a los consumidores que salgan fuera a comprar.
Quizás, el problema esté en las condiciones de la adjudicación. Ello condiciona el tipo y/o precio de los productos que se deben vender, y estos productos no pueden competir con los que se venden en el exterior.
Si el Ayuntamiento decide prohibir la salida del recinto de la piscina con el objetivo de que no entren productos desde el exterior, estará quitándoles el derecho a eligir el sitio donde comprar, el derecho de poder adquirir los productos más económicos.
Si el Ayuntamiento quiere favorecer al adjudicatario, deberían plantearse la posibilidad de modificar las condiciones de la adjudicación, ya que con normas como esta, los usuarios dejarán de consumir productos de fuera, pero eso no garantiza que se consuman los de dentro.
Corresponde al Ayuntamiento buscar una solución al problema, UNA SOLUCIÓN QUE CONTENTE A AMBAS PARTES, y que esté por encima de las injustas normas que pongan en otros lugares y también por encima de cualquier interés económico.

Rubén Reyes Cortés





1 de agosto de 2012
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