Acerinox un ejemplo claro para el buen diagnóstico, por Rafael Fenoy


Hace pocos días se publicaba como Acerinox se lamentaba que las autoridades europeas y españolas no están haciendo lo suficiente para defender esta industria y asegurar la libre competencia. En resumen tres ingredientes estaban lastrando la marcha de un grupo multinacional de importancia extraordinaria para nuestro territorio: La crisis, el precio del níquel y la competencia desleal lastran sus cuentas.
El precio del Níquel que ha reducido su cotización en torno a un 30% entre los primeros días de febrero (por encima de los 21.800 dólares la tonelada) y los últimos de junio (poco más de 16.000 dólares). En un estudio de 2004 ya se apuntaba que “Sin embargo, la compañía española no ha llegado a decidirse nunca a realizar una integración "aguas arriba", si bien en numerosas ocasiones se ha planteado la posibilidad de adquirir alguna mina de níquel, que permitiese reducir la volatilidad en los costes de las materias primas”.

En este caso salvo que Acerinox sea propietaria de Minas y comercialice el Níquel extraído, no parece que la reducción del precio del Níquel afecte negativamente a Acerinox pues reduce el coste de fabricación del acero inoxidable. Por lo tanto serían el estancamiento del consumo por la situación económica, una caída de las exportaciones por el proteccionismo de algunos países para potenciar su propia industria del acero inoxidable y un incremento de las importaciones por la competencia desleal de países emergentes, que son ya potencias industriales reales, como China, India o Brasil, las causas de los malos resultados que Acerinox viene experimentando en los últimos cinco años.

Si la situación económica internacional, y consecuentemente nacional, sigue el rumbo actual es previsible que Acerinox siga por la senda de reducción de costes e incluso que las nuevas plantas en el extranjero como la de Bahru Stainless en Malasia, recojan el testigo de la fábrica ubicada en Los Barrios. Sería sin duda una malísima noticia para la que debemos estar preparados. Por ello la situación de una gran empresa de este territorio del estrecho debe orientarnos a la búsqueda de soluciones a la crisis que padecemos en nuestro entorno cercano, donde es posible que la ciudadanía de la zona pueda ejercer algún control sobre los procesos productivos y de consumo.

Esta Crisis se nos escapa cuando intentamos comprender las macro cifras y también el capricho aleatorio de las grandes fortunas y recursos financieros internacionales que “juegan” siempre a ganar más dinero, sin importarles las consecuencias. Hay quien piensa que volver la vista a las actividades agropecuarias y la producción de energías renovables a pequeña escala, es una vuelta a las “cavernas”. Sin embargo no sería en cualquier caso una vuelta, sino más bien un redescubrimiento de las bondades de modelos autosuficientes, optimizados por un avance tecnológico experimentado por la humanidad desde el paleolítico. Además podemos “curarnos en salud” planteando desde este momento la posibilidad de que sea ese el único camino que nos queda para afrontar seriamente y con garantías un desastre socio-económico de dimensiones catastróficas para toda la población. Se mire como se mire es insostenible el actual modelo económico que dilapida todos los recursos naturales y urge redimensionar el consumo para hacer sostenible el futuro de la humanidad.

Mirar a lo cercano, a lo local, es lo que nos permitirá llegar más lejos.


7 de noviembre de 2012
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