Un tren cargado de contenedores que se disponía a entrar en la mañana de ayer en el puerto de Algeciras descarriló por causas que se desconocen a la altura de la antigua fábrica de Garavilla sin que en el accidente, que provocó un gran sobresalto entre los vecinos de la zona, se produjeran heridos. La línea férrea que conecta la estación de Adif con la zona portuaria y que sirve para la entrada y salida de mercancias permanece desde entonces cortada y lo estará en las próximas horas hasta que sean retirados los cajones siniestrados, la mayoría de ellos de la naviera Maersk.
Hacia las 9:30 horas, cuando la máquina del convoy empezaba a atravesar el puente del Chorruelo para acceder al recinto portuario, los vagones de cuatro contenedores se salieron de la vía porque los raíles se abrieron con el peso y obligaron al tren a detenerse de inmediato para evitar un percance de mayor gravedad. Los cajones quedaron inclinados, pero ninguno de ellos llegó a volcarse del todo.
Los empleados de Adif comenzaron a trabajar de inmediato para despejar la zona. A primera hora de la tarde ya habían reanudado la marcha la máquina y los contenedores que no se habían visto afectados por el descarrilamiento. Quedaban desde el primero que se salió de los raíles hacia atrás. Tenían previsto trabajar toda la noche. Al cierre de esta edición, una grúa especial de Renfe se dirigía hacia Algeciras desde la estación de Córdoba porque es la más cercana que reúne las condiciones para retirar uno por uno los vagones siniestrados. Esta tarea puede extenderse durante todo el fin de semana, ya que entraña bastante dificultad porque la zona en la que se produjo el accidente es la más estrecha y no tiene fácil acceso.
Una vez que sea retirado lo que queda del convoy, los técnicos de Adif podrán evaluar el daño causado en el tramo e investigar las causas que llevaron a los raíles a abrirse al paso del tren. Según fuentes consultadas por este periódico se trata de un suceso bastante extraño, por cuanto no son raíles antiguos y ni siquiera estaban en mal estado. Más bien los expertos apuntan a la posibilidad de que haya cedido el terreno por causas desconocidas. Junto a ese tramo férreo, en el solar donde se encontraba la antigua fábrica de Taraguilla, hay un escape de aguas fecales que ha propiciado la aparición de un copioso torrente de aguas sucias. Cuando llueve con fuerza esa suerte de arroyo provoca la inundación completa de la vía y puede haber afectado al terreno por el que pasan los trenes de mercancias hacia el puerto.
Mientras se despeja la zona y se arregla el tramo, el Puerto de Algeciras permanecerá incomunicado por vía férrea, lo que va a suponer un serio contratiempo para la actividad portuaria, que baja de forma considerable durante el fin de semana.
El accidente llega justo cuando todos los agentes sociales, económicos e institucionales del Campo de Gibraltar y el resto de Andalucía andan reivindicando al Gobierno de España una inversión suficiente destinada a la mejora del tramo ferroviario Algeciras -Bobadilla, incluido en el Proyecto 3 de los diez prioritarios de la Red Transeuropea de Transporte.
Hacia las 9:30 horas, cuando la máquina del convoy empezaba a atravesar el puente del Chorruelo para acceder al recinto portuario, los vagones de cuatro contenedores se salieron de la vía porque los raíles se abrieron con el peso y obligaron al tren a detenerse de inmediato para evitar un percance de mayor gravedad. Los cajones quedaron inclinados, pero ninguno de ellos llegó a volcarse del todo.
Los empleados de Adif comenzaron a trabajar de inmediato para despejar la zona. A primera hora de la tarde ya habían reanudado la marcha la máquina y los contenedores que no se habían visto afectados por el descarrilamiento. Quedaban desde el primero que se salió de los raíles hacia atrás. Tenían previsto trabajar toda la noche. Al cierre de esta edición, una grúa especial de Renfe se dirigía hacia Algeciras desde la estación de Córdoba porque es la más cercana que reúne las condiciones para retirar uno por uno los vagones siniestrados. Esta tarea puede extenderse durante todo el fin de semana, ya que entraña bastante dificultad porque la zona en la que se produjo el accidente es la más estrecha y no tiene fácil acceso.
Una vez que sea retirado lo que queda del convoy, los técnicos de Adif podrán evaluar el daño causado en el tramo e investigar las causas que llevaron a los raíles a abrirse al paso del tren. Según fuentes consultadas por este periódico se trata de un suceso bastante extraño, por cuanto no son raíles antiguos y ni siquiera estaban en mal estado. Más bien los expertos apuntan a la posibilidad de que haya cedido el terreno por causas desconocidas. Junto a ese tramo férreo, en el solar donde se encontraba la antigua fábrica de Taraguilla, hay un escape de aguas fecales que ha propiciado la aparición de un copioso torrente de aguas sucias. Cuando llueve con fuerza esa suerte de arroyo provoca la inundación completa de la vía y puede haber afectado al terreno por el que pasan los trenes de mercancias hacia el puerto.
Mientras se despeja la zona y se arregla el tramo, el Puerto de Algeciras permanecerá incomunicado por vía férrea, lo que va a suponer un serio contratiempo para la actividad portuaria, que baja de forma considerable durante el fin de semana.
El accidente llega justo cuando todos los agentes sociales, económicos e institucionales del Campo de Gibraltar y el resto de Andalucía andan reivindicando al Gobierno de España una inversión suficiente destinada a la mejora del tramo ferroviario Algeciras -Bobadilla, incluido en el Proyecto 3 de los diez prioritarios de la Red Transeuropea de Transporte.
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