Rodríguez aúna sentimiento y devoción al Cristo de la Almoraima en su pregón


El inspector de la Policía Nacional ensalza la Semana Santa de Castellar, municipio al que le une vínculos familiares 
El templo se llena de fieles en la víspera del Domingo de Ramos
Cristóbal Rodríguez Romero se encomendó ayer al Santísimo Cristo de la Almoraima para exaltar la Semana Santa chisparrera en el primer pregón que se celebra en un templo repleto de fieles.

El inspector del Cuerpo Nacional de Policía en la Comisaría de Algeciras, con vínculos familiares en Castellar ensalzó la devoción al Cristo en un discurso lleno de oración y reflexión. Tras agradecer a la junta local de hermandades el honor de elegirle como pregonero comenzó su lectora con un soneto de Lope de Vega, en el que trasmitió sus sentimientos más íntimos.

Cristóbal Rodríguez recordó su infancia en un pueblo sevillano, con sus padres, donde nació su religiosidad. "Supieron inculcar como vivir la virtud de la fe, la esperanza y la caridad y estos fueron los primeros albores donde Jesús viene al encuentro con este joven", prosiguió.

Su primera viviencia con el Cristo de la Almoraima se produjo hace más de 30 años, cuando contrajo matrimonio con una chisparrera. "No hace falta nada más que mirarle para contemplar a su lado, muchísimas promesas; aquí vienen a hablar para Él, cuántas peticiones le harán diariamente y cuántas muestras de agradecimiento", se preguntó.

El pregonero animó a los asistentes a aprovechar la Semana Santa que está a punto de comenzar "para aprovechar ese trato con Él. Si estamos un poco lejos para acercanos y si estamos más cerca continuar tratándole de una manera más profunda, en la oración y en el perdón".

Rodríguez recordó con profundo sentimiento su primera procesión en Castellar en 1999 cuando la Policía Nacional escoltó por primera vez a dos de sus imágenes: Jesús Nazareno y Nuestra Señora de las Angustias. "Llegó el Viernes Santo, con el Comisario de Algeciras a la cabeza, Andrés Villagordo y el que os habla, de rigurosa gala nos dirigimos hasta aquí llenos de ilusión. Era la primera vez y éramos conscientes que el Cristo estaba detrás de todo esto", manifestó.

Así mismo, añadió que la imagen del Jesús Nazareno, "traída del castillo junto al cielo, nos hace pensar; nos traía igual que hoy un mensaje a todos los cristianos, especialmente a los que estamos cerca del mundo cofrade o formamos parte de él, para que adoptemos y ofrezcamos nuevas exigencias al hombre moderno".

"Pero el templo está abarrotado y en la plaza no cabe un alfiler cuando sale el Cristo de la Almoraima, el más grande... y como si de un milagro se tratara del cielo baja un crucificado y brotan los piropos y las lágrimas. El Cristo está ahí con su pueblo y el pueblo está con su Cristo", reveló con emoción el pregonero.

Al igual que la estación de penitencia que realiza el Cristo, para Cristóbal Rodríguez la penitencia siempre debe estar en los cristianos y "consiste en soportar con buen humor las mil pequeñas contrariedades de la jornada y no abandonar la ocupación aunque se te haya pasado la ilusión con la que comenzaste".

Cuando el Cristo enfila la Alameda "es momento de crece en la Fe, íntimamente relacionada con la esperanza y el coraje cristiano". Por ello hizo un llamamiento a no perder la confianza en la vida y no caer en el pesimismo.

Tampoco se olvidó el pregonero de la Señora de las Angustias, "la madre que nos quiere más que todas las madres juntas, desbordante de amor".

Finalmente, habló de la necesidad de la esperanza para impedir el desencanto y no caer en la desesperación, ayudando a los necesitados, a los inmigrantes y a los que sufren la angustia del desempleo. Se despidió con una bella oración a la Virgen de la poetiza chilena Gabriela Mistral.

24 de marzo de 2013
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