Cádiz, para los jimenatos que la conozca por los carnavales, motivos de salud o papeleos, presenta muchos otros encantos, una ciudad muy singular, que ofrece una buena oferta de playa, cultural y gastronómica, por supuesto además de los carnavales.
Tiene una enorme Avenida, que comienza llamándose en el primer tramo, desde Cortaduras, Av. José León de Carranza, para después de cambiar de nombre en diferentes tramos, en el último, hasta llegar a Puerta Tierra, acabe denominándose Av. Andalucía. Me contaba una charraná un compañero de trabajo, del tiempo de la Guerra de Independencia, cuando Cádiz era una ciudad poblada de irreductibles iberos y todo el país estaba ocupado por los franceses, menos ese trocito de “Tacita de Plata”, de un inglés que solicitó a un gaditano que lo llevara en un carro desde el fuerte militar de Puerta Tierra al de Cortadura, todo el camino de esa larga avenida, cuando llegaron y le dio el precio, el inglés se quejó de que valía mucha plata por un trayecto tan corto, y el gaditano le contestó: “mire inglés, yo no le cobro por llevarle de Puerta Tierra a Cortaduras, yo le cobro porque le he llevado desde la frontera de España a la frontera de Francia”.
Si tuviera que aconsejar para ir a la playa, de todas formas todo “Cai” es muy bonito, tendría que hacerlo una de noche y otra de día, esta última, la playa de Santa María, que es la continuación de la playa Victoria, desde el cementerio hasta las murallas de Puerta Tierra, especialmente, dentro de esta playa el tramo de la Playita de las Mujeres, donde, entre los espigones, la gente practica con las tablas en primavera. Nombre que se debe a que allí, antiguamente, es donde se bañaba las mujeres gaditanas, eso sí, de forma recatada.
Al atardece, sin lugar a dudas, La Caleta, las puestas de sol son muy hermosas, sobretodo cuando hay marea baja y disfrutas de la vista de las barquitos de pesca, entre agua y piedra, desde el Castillo de Santa Catalina mirando hacia el Castillo de San Sebastián o viceversa. Para, seguidamente, como obligado cumplimiento, pasarse a comer “pescaito” al barrio de La Viña, un pescado a la plancha, ortiguitas, cazón en adobo, albóndigas de choco, etc., me decía una buena amiga “culiblanca”, pero asentada desde hace tiempo en Cádiz, que no estrenar el verano en La Viña comiendo “Cabaña con Piriñaca”, no era estrena el verano en Cádiz ni nada parecido.
De los carnavales, con todo el respeto a la gran afición carnavalera que hay en Jimena, me quedo con los miércoles del Populo, el “amocusha”, en donde por la calles estrechas de la de la parte más antigua, de, a su vez, la ciudad más antigua de occidente, se llenan de chirigotas ilegales por todos los rincones, agrupaciones de Cádiz y alrededores. Aquí si se escuchan “las verdades del barquero”, además no sólo política, también mucha guasa picantona gaditana, pero no guasa del “dedito”, sino en vivo y en directo. Como recordatorio de estos 5 últimos años de “amocusha”, como un ejemplo más, el estribillo de “Las Monas de Gibraltar” de este febrero, que decía: “ahora en una esquina, nos vamos a poner a mear, cuadadito no los piseeeesss..., porque son aguas territoriales de Gibraltar”.
Y Cádiz Cádiz, porque de Puerta Tierra para adentro para los gaditanos es Cádiz Cádiz, el resto se llama Puerta Tierra. Como añadido, el bicentario de la Pepa de por medio. De los conciertos, museos, exposiciones, etc., que he tenido la suerte de conocer, sería complicado elegir algún evento en particular, porque han sido interesantes y muy atractivo en su gran mayoría. No obstante, de forma personal, si destacar la Regata de 2012, donde había marineros de muchos países esa semana por todas sus calles, con un gran colorido de banderas, uniformes, lenguas, etc. El concierto el sábado noche de la Regata, se acompañó de un fabuloso embajador de esa huella gaditana el Iberoamérica, Rubén Blades, “por la esquina del viejo barrio lo vi pasar...”, acompañado de fuegos artificiales en el muelle, mientras los veleros tocaban sus sirenas, durante al actuación de este pedazo de artista. De esa noche guardo el recuerdo de última hora, en la noria, a las 5 de la madrugada, hicimos un circunspecto debate sobre Cádiz, para mejor muestra un botón, ya que lo grabé con el móvil:
http://www.youtube.com/watch?v=IXRMonKbVCw
El centro de Cádiz, a diferencia de Puerta Tierra, no es tan urbano, tiene la esencia de pueblo, de pueblo con mucho salero y arte. Si entras en la calle San José, desde la calle Ancha, para dirigirte al Oratorio de San Felipe Neri, parate en una esquina y mira para todos lados como si estuvieras despistado y no encontraras tu destino, veras como es muy probable que se acerque algún gaditano mayor y te pregunte que a donde vas para explicarte el camino del Oratorio. El lugar donde se firmó la Constitución de 1812, la Pepa, en realidad una iglesia que se uso como las Cortes de España, porque era el lugar más protegido de los ataques gabachos, de las bombas de los fanfarrones, esas con las que se hacían las gaditanas tirabuzones.
Estos años también he tenido la inmensa suerte con el trabajo que realizaba, tanto el enriquecimiento profesional, como con el afecto con las personas que he conocido y me he relacionado, por ello, aún teniendo en cuenta que el pueblo donde he nacido y que quiero tanto es insustituible para mí, en este tiempo he abierto un procedimiento administrativo, sobre adopciones, donde he obtenido de forma favorable la declaración de idoneidad, para alcanzar la doble cuna y convertirme en un gaditano más, porque los encantos de esta ciudad hacen que ya la lleve en una parte de mi corazón por donde quiera camine el resto de mi vida.
Fdo. Eduardo Navarro Cupido
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