Nació en Gaucín y ha vivido toda su vida en Casares.
Entre sus recuerdos más lejanos está una epidemia de gripe ocurrida cuando tenía 6 años. Recuerda que su padre se puso enfermo, y luego su hermana y su otra hermana, se vinieron para el pueblo y ella se quedó llorando en el campo.
Tanto lloró que al final se la trajeron al pueblo y su padre se enfadó por temor a que ella pudiese enfermar. Dice María Moya que murieron muchas personas, pero a “ella no se le pegó”.
María Moya acaba de cumplir 100 años, tiene piel morena y lisa, dice que se lava la cara con agua, y desde no hace mucho se pone crema algunas veces. Si le preguntamos si es guapa dice que “eso lo tiene que decir quien mira”.
Su memoria está intacta, y aunque dice que es un “cacharro” todavía le gusta salir, con su cuidadora Rocío “va a donde haga falta” al medico, al barato, a las fiestas de los pensionistas y hasta a la feria.
Aunque nació en Gaucín se vino con su familia a Casares cuando era pequeña, vivían en el cortijo “Santa Vitoria”.
Entre sus recuerdos mucho trabajo en labores del campo, y crianza de animales, montaba a pelo en “las bestias” y le puso Juana a una cerdita que crió.
Se casó con Antonio Hidalgo de quien enviudó hace unos años, tiene dos hijas, María y Antonia, 5 nietos, 3 biznietos y uno que viene de camino.
Dice que para cumplir 100 años lo único que ha hecho es trabajar y comer “a veces mejor y otras veces lo que había”.
Desde ayer está practicando para soplar esta tarde las velas de su tarta de cumpleaños en la fiesta homenaje que le ha organizado la Asociación de Mujeres y la Concejalía de Igualdad para que comparta con todos sus amigos y familiares la gran ilusión que es cumplir 100 años.
Feliz 100 cumpleaños María Moya
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