El Rincón de Contreras: Recuerdos


Siempre he tenido en la cabeza a los bares de Jimena, las carpinterías, las fraguas y los barberos, las tiendas y, cómo no, los molineros y los hornos de pan y las tahonas. 
En fin, unas cosa que hay que recordar, como las tiendecitas que vendían, no sé si te acuerdas de la casa que hace esquina en la calle Consuelo,que era de la familia de Pepe Barranco. 
Pues Periquiqui puso un mostrador también y en la calle Llana, en los garajes de Paco Castilla, empezó Andrés Godino y puso un tabanco que, por cierto, un día tiró la sartén a la calle porque salió ardiendo. Todavía recuerdo los que éstabamo allí. Eso era donde vivía Requena, poco después lo puso en la casa del suegro, en la casa Boza, en fin con unas estanterías de palo de eucalipto. Eso fue en los año 70, antes de los 80. Había que recordar también a los contrabandistas, a los arrieros, a los municipales viejos, a los maestros que daban clase a escondidas y a las parteras y a los vendedores de pescado, y a los de Estepona... En fin, esto era un pueblo según me cuentan los viejos de Benarrabá que aquí se vendía de todo. Recuerdo a un señor de Benarrabá que mi tía Carmen le puso "el de las peras carmelitas". También las posadas o la fonda. Este pueblo tiene mucha historia pero eso no le interesa nadas más que a unos cuantos como nosotros. Y cómo no los zapateros, los barberos que pelaban a la iguala y sacaban la muelas. ¡Hay tantos y tantos! Zapateros, carpinteros, barberos, recoveros, matuteras, contrabandistas, vendedores ambulantes, pescaderos, molineros, diteros, costureras, sastres y aquellos que venían vendiendo quincallas, ceazos, velones, las tinajas de Lebrija con aquellos burros aparejados tan bonitos, y cómo no, a los curanderos y a los médicos y curas y a las mojas que vinieron a la iglesia del Llano de la Victoria. ¡Hay tantos que recordar! y así se hizo nuestro pueblo y hoy todo está olvidado. Se intercambiaba de todo, los niños sabíamos que para conseguir algo había que ganárselo, se podía recoger goma, casquillos o metales... en fin, todo para cambiarlo por algo que hacía falta en casa. Siempre había uno que venía cambiando por algún cacharro. 
Se era servicial, se trabajaba a torna peón, se le ayudaba a los vecinos y en la era moderna nos creemos que el que ayuda es el banco... aún por escrito te engañan y antes lo que valía era la palabra. Con eso y un apretón de manos era suficiente. ¡Hay tanto que recordar! Me acuerdo de esos representantes con esas maletas y a Paquiro porteándolas por un par de duros, y de los arrieros, como Moya, Valdivia, ese hombre que vivía en calle Fuente Nueva que tenia unos burros muy grandes, me parece que se llamaba Manolito. Todos traían la mercancía de la estación del tren a Jimena y de los fotógrafos como Ignacio Durán, el Italia. 
Y del cine. Recuerdo cuando mi abuelo me decía que el primer cine mudo lo puso su hermano Juan. También habría que recordar a los puestos que había y a los vendedores de la plaza de abasto: en el centro Frasquito Segobia, que recuerdo que los números eran de color verde y del Totó entrando a mano derecha. Frasquito el de la marquesina vendiendo grano y los municipales en las entradas del pueblo para cobrar por los arbitrios, algunos se dejaban caer y no pagaban y lo dejaban de pasar. Había que sobre vivir pero se vivía.

El Niño las Torres

4 de julio de 2013
comentarios gestionados con Disqus

El Rincón de...

El Rincón de Contreras El Rincón de María El Rincón de Calvente El Rincón de Isidoro El Rincón de Gabriel El Rincón de Lupe El Rincón de Doncel El Rincón de Paqui
Comentarios recientes
TJD RECOMIENDA