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| Foto: Buceite.com |
El hecho de que la reunión se hubiera desarrollado en la acogedora biblioteca, con las personas que quisieron y pudieron asistir, de Jimena y de San Pablo, de Algeciras y de Cádiz, con apenas una ventana abierta al horizonte verdoso con casitas desperdigadas, y la amabilidad de la bibliotecaria, contribuyeron sin duda, a que el ambiente estuviera distendido y receptivo.
El profesor José Antonio Hernández, con la sabiduría de quien ama la palabra, regalando libros suyos, destacó los dos pilares metodológicos esenciales del Club: el de la lectura y el de la escritura profunda y vivencial, como medios para crecer individualmente en el arte de las letras. El Club de Letras tiene una idea, un modelo original de la vida que queremos contagiar a toda la provincia. Somos originales e inéditos, manifestó, porque mostramos nuestro yo diferente con entusiasmo, libertad e igualdad. Por eso hacemos literatura, escribimos y leemos para ampliar el horizonte vital, agudizar los sentidos, reanimar los sentimientos nobles, activar la inteligencia y potenciar la imaginación.
Otros miembros del Club de Letras de Algeciras destacaron la importancia de la proyección social de sus miembros, a través de la publicación en la revista Speculum en la biblioteca virtual Cervantes, así como la posibilidad de realizar reseñas bibliográficas. Pero sobre todo, aporta un elemento ilusionante y motivador para desarrollar el personal proyecto literario de cada uno, partiendo de lo que se es y se conoce; a través de reuniones periódicas y propuestas literarias constantes que vinculan a sus miembros alrededor de la literatura y de la amistad, impulsando en ocasiones, a tener que superar miedos e inseguridades personales; y especialmente, la fuerza del bien hacer y bien proceder del profesor que nos aúna en este interés literario.
El acto terminó con una conferencia a su cargo sobre “la felicidad”, soportada en un decálogo de consideraciones y orientaciones para mejorar nuestro bienestar como lo son el que cada uno debe asumir con responsabilidad; parta de “lo que es, es”; aceptando las limitaciones externas e internas, serenamente y, sintiéndola, dando; rescatando el pasado solo para gratificar el presente y dirigiéndose sólo hacia el futuro para estimular el presente. Una pregunta se formuló en la reunión que no dejó inerte a los oyentes sobre cuánto pesa la felicidad. Aspecto que yo comparo como si los momentos felices fueran muchas gotas de agua fuera de un vaso de cristal expuestas al viento del levante.
