Sus compañeros de la Junta Muncipal de San Pablo de Buceite le organizaron una fiesta de despedida el viernes pasado.
Manolo es hijo de guardia municipal y comenzó a trabajar en el ayuntamiento de Jimena en marzo de 1976, cuando comenzaba la democracia, fumaba Graven "A", y lucía pantalones de campana, gran bigote y patillones.
En 2004, casi 30 años después, pasó a segunda actividad, comenzando entonces a realizar su labor en la recien creada Junta Municipal de Distrito de San Pablo de Buceite.
En la JMD de San Pablo se ha encargado de la organización y coordinación de las tareas diarias de los trabajadores de mantenimiento y obras, limpieza, correo entre Ayuntamiento y JMD, actividades culturales, ferias y fiestas -"experto en feriantes"-, etc.. Colaborando mano a mano, con los vocales de todas las áreas de la Junta Muncipal donde le necesitaban. Convirtiéndose así en estos años en "casi" imprescindible, y también en una de las caras de la JMD más conocidas y populares, y su servicio de los más requeridos por los vecinos. Para todo Manolo.
El viernes pasado sus compañeros trabajadores de la JMD de San Pablo, y los vocales y el presidente de la JMD, a los que se unieron su esposa Mari, sus hijas Paola y Paula, y algunos amigos, le organizaron una fiesta sorpresa de despedida, donde le invitaron a un buen número de platos caseros y un asado. El presidente de la JMD Andrés Beffa le dedicó unas agradecidas y emotivas palabras por su labor y su disposición, y su compañera de trabajo Rede Arroyo hizo lo propio, y le obsequiaron con un reloj de recuerdo y el aplauso de todos.
Ahora se ha aficionado al senderismo donde seguro continuará caminando a su estilo, sin prisa pero sin pausa, por mucho tiempo. A disfrutarlo.
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