Miles de vecinos, admiradores y compañeros, entre ellos los guitarristas John Mclaughnin, Vicente Amigo y Tomatito, han dado el último adiós a Paco de Lucía en Algeciras, su localidad natal, donde, tras tres jornadas de itinerario fúnebre iniciado en México, el artista ha sido enterrado. La familia de Paco de Lucía y sus más allegados, entre ellos la cantaora Estrella Morente, no han podido tener en el cementerio la intimidad que habían pedido para este momento, porque, tras la entrada del cortejo al antiguo camposanto municipal, acompañado de más de veinte coronas, cientos de personas han seguido sus pasos para vivir de cerca, en absoluto silencio y respeto, el sepelio.
Escoltados por la Policía y seguidos de un séquito de dieciséis vehículos, tres coches fúnebres, dos de ellos repletos de flores, llegaban al antiguo cementerio municipal sobre las 14:55, desde la Iglesia de Nuestra Señora de la Palma, de la que Paco de Lucía era devoto y donde se ha vivido, en el funeral, uno de los momentos más emotivos y especiales de todo el recorrido fúnebre.
Ha sido al final de la misa cuando Remedios Amaya cantaba una seguiriya, el cante flamenco del dolor y el desgarro: "Las cuerdas de la guitarra están llorando, lloran por seguiriyas, por Paco de Lucía". Se trata de una emotiva versión de la única pieza en la que Paco de Lucía, que siempre deseó haber sido cantaor, se lanzó a grabar su voz. Fue en Cositas buenas, un disco que compuso tras la muerte de su madre y en la que cantó esa seguiriya que compuso para ella, Por Lucía.
"Tu gran labor ha sido convertir al flamenco en un lenguaje global", ha asegurado en el funeral el británico John Mclaughin, otra celebridad mundial de la guitarra. Mclaughin, que en 1979 unió su guitarra a la de Paco de Lucía, ha sido uno de los muchos artistas, sobre todo flamencos, que han acompañado a la familia de Paco de Lucía desde que su féretro llegara, de madrugada y directo desde la capilla ardiente en el Auditorio Nacional, a la ciudad en la que el guitarrista nació hace 66 años.
Curro Romero, Farruquito, Rancanpino, David de Jacoba, Rubio de Pruna, Massiel, Fosforito, Capullo de Jerez, Diego Carrasco o Cristina Hoyos han sido algunos de los muchos que han desfilado, junto a miles de algecireños, por las doce horas de capilla ardiente celebrada en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Algeciras. Un lugar que también han visitado la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, el consejero autonómico de Cultura, Luciano Alonso, y el ex presidente andaluz Manuel Chaves, para expresar las condolencias a la familia de este "andaluz universal", en palabras de Díaz.
En una jornada de tenue lluvia, como un llanto que se ha ido intensificando a lo largo de la mañana, el féretro ha salido del Ayuntamiento a las 12:50, a hombros de familiares y amigos y compañeros como Vicente Amigo, Tomatito o Raimundo Amador, algunos de los cuales han velado toda la noche el cuerpo. Desde allí han recorrido los aproximadamente quinientos metros que separan el Ayuntamiento de la Iglesia, entre los aplausos, jaleos y gritos de "Paco, te queremos" o "Paco, eres el mejor" de los miles de vecinos de Algeciras congregados.
Tras el funeral, la comitiva fúnebre se ha desplazado en vehículos hasta el cementerio, en el que también están enterrados los padres del guitarrista. Un cementerio que el guitarrista visitó hace apenas seis meses, el pasado mes de agosto, cuando, aprovechando un concierto que ofreció en el castillo de San Sebastián de Cádiz, hizo la que posiblemente fue su última visita a su ciudad natal. Como siempre fue fugaz, echó un ratito con algún familiar o amigo y llevó flores a sus padres al cementerio. Fue entonces cuando comentó "qué acogedor es este cementerio", según ha recordado el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce.
La familia del guitarrista, agotada tras una gira fúnebre que se inició en México, donde el guitarrista falleció el pasado miércoles a consecuencia de un infarto cuando jugaba al fútbol en la playa con su hijo pequeño, ha concluido con su entierro, la última gira de Paco de Lucía, la que ha dejado en silencio su guitarra.
